miércoles, 27 de julio de 2022

¿Pinchazos como nuevo método de sumisión química?

Toca reanudar brevemente la actividad en el blog porque me parecía importante difundir esto todo lo que se pueda, en todos los formatos posibles. Por eso, aquí está en formato vídeo:


Aquí, en texto:

E últimas semanas se ha extendido por España un mito, y creo que es importante analizarlo y ver cómo de probable es.

Se trata, por supuesto, de los pinchazos. Está en boca de todo el mundo, hay publicaciones rulando por todo internet, sale en las noticias de todos los medios. La idea de que se está poniendo preocupantemente de moda que un agresor vaya armado con una jeringuilla a un espacio de ocio e inyecte una sustancia a su víctima para poder abusar de ella.

Os recomiendo ver el vídeo de 8 mitos, porque traté cosas parecidas y también algunas nociones básicas en las que veo que muchísima gente sigue cometiendo muchos errores: por ejemplo, parece que mucha gente define como “sumisión química” el hecho de que un agresor suministre una droga sin su consentimiento a la víctima, cuando en realidad “sumisión química” también abarca los casos mucho más frecuentes en los que la víctima consume de manera voluntaria una droga de cuyos efectos el agresor se aprovecha; en la mayoría de los casos, alcohol. De hecho, la mayor parte de los casos por sumisión química son ésos: un agresor aprovechándose de que su víctima se ha emborrachado y su capacidad para defenderse está mermada.

En cualquier caso, este vídeo va a estar centrado en esta ola de reportes que ha habido las últimas semanas de gente notando un pinchazo y posteriormente mareándose, y analizar cómo es de probable que un agresor use una jeringuilla para someter químicamente a sus víctimas.

Os adelanto que parece muy improbable, pero bueno, vamos a ver por qué y a tratar el tema con calma. Aunque técnicamente es posible, quiero remarcar esto, creo que hay 8 razones a considerar por lo que es muy improbable que esto suceda:

1-Someter químicamente a alguien mediante una inyección sería dificilísimo, por varios motivos. Primero, calcular la dosis: dependiendo de la sustancia, de entre las posibles sustancias que se podrían usar con este fin, calcular la dosis para producir una inconsciencia puede ser dificilísimo. Pasarse un poco podría implicar la muerte por sobredosis de la víctima. Por otro lado, no es tan fácil poner una inyección, especialmente, ¿se supone que son por vía intravenosa o por vía intramuscular? ¿O sólo intradérmica? En este último caso, algunas sustancias directamente no tendrían efectos. Vamos, que para poder cometer este tipo de agresiones, harían falta conocimientos médicos, pero lo más importante: la aguja tendría que estar clavada durante varios segundos. En algunos de los casos, de hecho, dependiendo de la sustancia, tendrían que ser más de 10 segundos. No cuadra mucho lo de tener una aguja clavada durante más de 10 segundos pero notar sólo un leve pinchazo, girarse y no poder ver quién ha sido.

2--Sabemos que en UK pasó algo similar: que mucha gente creyó haber sido drogada por un pinchazo cuando no era así. De hecho, es curioso que algunos medios hablen de que esto ya ha pasado en otros países, cuando más bien la experiencia de otros países fue ver que gente que creía haber sufrido un ataque de este tipo no lo había sufrido. La policía de Nottinghamshire, por ejemplo, recibió 15 denuncias de este tipo y pudo descartar inmediatamente 14 de ellas únicamente al ver que el tipo de lesión no se correspondía con un pinchazo. En total, de las 274 denuncias por sospechas de haber recibido un pinchazo, no pudo ser confirmada ni una sola de ellas.

3- Sabemos que con otras metodologías, aún siendo químicamente imposibles, se han producido casos de sugestión. De esto también hablé en ese otro vídeo: la cantidad de testimonios de gente que afirma que ha sido drogada en contra de su voluntad al recoger un folleto por la calle, aunque sabemos que no existe ninguna droga que se pueda impregnar en un folleto y después absorberse a través de la piel hasta el punto de producir un mareo.

4-Los análisis de sustancias han dado negativo. Esto es de lo poco útil que han dicho las autoridades: de hecho, los casos de San Fermín los atribuyeron a “gamberrismo” y asumieron que había gente que se dedicaba a pinchar a las víctimas para joder pero no les estaban inyectando nada, porque no había en su organismo ninguna de las sustancias que podrían usarse para la sumisión química. Yo creo que el gamberrismo no debería ser la hipótesis principal, pero bueno, ése es otro tema: lo importante es que en los últimos casos no había sustancias inyectadas en el organismo de las víctimas.

5- Algunas experiencias directamente no cuadran con las sospechas que se tienen, por diversas razones. En algunos casos tiene que ver con algo de lo que comentaba en el primer punto: por ejemplo, el hecho de que la aguja tenga que estar más de 10 segundos clavada y sin embargo sólo se haya notado un breve pinchazo. Otro ejemplo: en otra de las noticias se habla de notar inmediatamente un mareo después del pinchazo, pero la escopolamina por vía inyectada tarda 15 minutos en hacer efecto.

6- Una de las cosas más importantes y relevantes es que todos los testimonios son del tipo “noté un pinchazo y luego me mareé”. Nadie ha visto al supuesto agresor con la jeringuilla, por muchos casos que haya y aunque se produzcan en lugares concurridos. ¿Cómo de probable es que, en ninguno de los casos reportados hasta el momento, ni la víctima ni ningún testigo hayan visto a la persona con la jeringuilla? Especialmente cuando algunos de los pinchazos son en sitios bastante visibles como el brazo. Sacar una jeringuilla, pinchar en el brazo a la persona que tienes al lado y volver a esconderla sin que nadie te vea no parece fácil. Quizá alguien podría hacerlo alguna vez, pero que haya docenas de casos y nadie vea nunca al agresor realmente desafía las probabilidades y por mucho.

7 -Desde el punto de vista criminológico, no parece una metodología muy adecuada. Y en algunos casos, aún menos que en otros. Por ejemplo, cuando dos chicas del mismo grupo reciben un pinchazo, ¿por qué arriesgarse a pinchar a las dos una sustancia que las va a dejar inconscientes al momento? ¿Cuándo se supone que va a tener oportunidad el agresor de abusar de ellas? ¿Se ha molestado en inyectarles una sustancia sin su consentimiento para luego no poder abusar?

8- Hay otras hipótesis más probables para explicar las experiencias reportadas: tanto el pinchazo como el mareo posterior. El pinchazo puede ser producido por cualquier chapa o imperdible que lleve abierto la persona de al lado; o incluso por la picadura de una avispa, etc. Son cosas que pueden sonar cogidas por los pelos e improbables, pero no son más improbables que el hecho de que haya un agresor clavando una jeringuilla a sus víctimas en un lugar concurrido y nadie le vea nunca. El mareo, por otra parte, puede obedecer a muchas razones: una de ellas es la sugestión, como comentaba en el punto 3, pero no sólo eso. Creo que mucha gente subestima lo mucho que pueden variar los efectos del alcohol dependiendo de todo tipo de factores, por ejemplo: la tolerancia que se tiene, lo que se ha comido en las últimas horas, lo que se ha dormido la noche anterior, el nivel de azúcar en sangre, el calor del ambiente, estar pasando por un proceso gripal u otra enfermedad, estar menstruando… creo que mucha gente asume que es imposible marearse tras tomar un cubata y medio cuando casi siempre aguantas tres cubatas sin marearte, pero no, no es imposible. A veces, de manera imprevista, el alcohol puede sentarnos mucho peor que de costumbre.

En resumen:

-Someter químicamente a alguien mediante una inyección sería dificilísimo: harían falta conocimientos médicos y la aguja tendría que estar clavada durante varios segundos.

-Sabemos que en UK pasó algo similar: que mucha gente creyó haber sido drogada por un pinchazo cuando no era así. De 274 denuncias, ninguna pudo ser confirmada, y muchas sí pudieron ser descartadas.

-Sabemos que con otras metodologías, aún siendo químicamente imposibles, se han producido casos de sugestión. La sugestión es posible en estos casos.

-Los análisis de sustancias en los últimos reportes han dado negativo.

-Algunas experiencias directamente no cuadran con las sospechas que se tienen, por diversas razones.

-Todos los testimonios son del tipo “noté un pinchazo y luego me mareé”. Nadie ha visto al supuesto agresor con la jeringuilla, por muchos casos que haya y aunque se produzcan en lugares concurridos.

-Desde el punto de vista criminológico, no parece una metodología muy adecuada.

-Hay otras hipótesis más probables para explicar las experiencias reportadas.

Las 8 cosas combinadas yo creo que nos pintan una imagen global en la que es poco probable que esto esté sucediendo tanto como se dice, ¿no? Por supuesto, esto no significa que podamos descartar inmediatamente la posibilidad absoluta de que algo así esté pasando; pero sí significa que, en la inmensa mayoría de los casos, probablemente no se ha producido la agresión que se está describiendo. Tal vez, incluso, sea una cuestión de porcentajes. Puede que realmente existan casos en los que sí está pasando y que, por ejemplo, de cada 100 casos en los que se sospecha que alguien ha podido inyectar una sustancia a una víctima sin su consentimiento, 2 de ellos sean reales y 98 no lo sean. Pero creo que, como mínimo, podemos estar seguros de que en la gran mayoría de los casos lo más probable es que eso no haya ocurrido.

Las víctimas, desde luego, insisto, no creo que estén mintiendo. No ganan nada mintiendo, ¿para qué iba alguien a inventarse eso? Creo que las personas que han reportado estas experiencias realmente creen que han ocurrido y simplemente están malinterpretando incorrectamente, debido a la información de la que disponen, unos eventos que han sucedido de otra manera. Seguramente han notado un pinchazo, y después se han mareado. No hay motivo para no creer eso, probablemente es cierto. Lo que probablemente no es cierto es la relación que se presupone entre ambos eventos, el hecho de que alguien con una jeringuilla haya inyectado una sustancia a la víctima para abusar de ella.

Por tanto, dado que no están mintiendo, creo que estos testimonios deben ser tratados con la mayor empatía posible. Seguramente una persona que cree que han intentado abusar de ella, aunque en ese caso en concreto no haya sido así, se habrá llevado un buen susto y habrá tenido una experiencia muy desagradable. Así que creo que hay que tener empatía y comprensión con ella.

Pero, desde luego, creo que es importante remarcar lo improbable que es que suceda esto. Si se está exagerando o se están reportando falsos casos de estas supuestas agresiones y se va a extender una leyenda urbana en torno a ellas, creo que es importante desmentirla lo antes posible. ¿Y por qué? Pues por cinco razones, creo que hay cinco razones por las que conviene desmentir esto lo antes posible en caso de que efectivamente sea falso.

1- Se alimenta el miedo a que las mujeres salgan a la calle, a que disfruten del ocio. Supongo que hay gente bastante interesada en esto, pero se limita bastante la libertad y la autonomía de las mujeres, sí.

2-Se aprovecha para difundir bulos y criminalizar a personas inocentes. Bueno, estoy seguro de que el 99% de gente que ha difundido información sobre los pinchazos como supuesto método de agresión tenía la mejor de las intenciones, que es alertar a posibles víctimas y así evitar más casos. Pero por supuesto que hay gente que está aprovechando para esparcir su mierda todo lo que puede. He visto a gente asegurar que en todos estos casos los agresores son marroquíes porque las drogas que se utilizan para ello vienen de Marruecos, cosa que es absolutamente falsa y ni siquiera hay una base remotamente real para afirmar nada parecido al menos, pero bueno, ellos lo sueltan. Y hay gente que se lo cree y todo, hay gente que se lo cree porque está deseando que le den excusas para odiar a la gente africana porque decir que les odia sólo por su color de piel está feo hoy en día, así que están deseando cualquier excusa. Como digo, creo que la mayor parte de la gente que ha difundido algo sobre los pinchazos no tenía esta intención, pero siempre hay gente de mierda aprovechando cualquier bulo para añadir otro.

3-Se quita el foco de donde debe estar (en el agresor), poniéndolo en metodologías improbables y bajando así la guardia ante las metodologías por las que realmente se producen agresiones de sumisión química. Y es que lo único que tienen en común todas las agresiones sexuales es que hay un agresor: ahí es donde debe estar el foco, eso es lo que hay que combatir. Es importante remarcar, por ejemplo, que la mayoría de agresiones por sumisión química consisten en un agresor aprovechándose de una víctima que se ha emborrachado: si se incita a la gente a creer que sumisión química es que te inyecten una sustancia sin tu consentimiento, ¿cómo se va a poder estar alerta ante estas agresiones?

4-Se podría estar sugestionando a personas que se llevarán un buen susto y pasarán una experiencia desagradable por falsas creencias, que podría ser evitable. Esto tiene que ver con la posibilidad comentada antes de que, al menos en algunos casos, la sensación de mareo y aturdimiento que vienen después del pinchazo sean fruto de una sugestión por creer que un agresor ficticio ha inyectado drogas en el organismo de la víctima. Claro, esta experiencia podría haber sido totalmente evitable si no se hubiera exagerado el peligro de que esto pasara, si no se hubiera hecho creer a la víctima que era probable que notara eso después de un pinchazo. Así pues, se estarían produciendo experiencias realmente desagradables que podrían ser evitables.

5- Se podría estar animando a agresores a intentar cometer crímenes así al creer que es más viable de lo que realmente es, lo que podría traer consecuencias realmente peligrosas como infecciones o sobredosis. Esto tampoco lo podemos rechazar: la idea de que un agresor en potencia haya leído estas noticias que se están extendiendo y diga “¡eh, qué buena idea!” y se ponga a intentarlo. Es más, quizá incluso alguno de los supuestos casos reportados ya ha sido alguien que se ha animado al ver las noticias. Y probablemente no conseguirá someter químicamente a su víctima de la forma en la que él espera, ya que, como comentaba antes, es dificilísimo de conseguir, requiere conocimientos médicos y habría que tener la aguja clavada en la piel durante varios segundos… pero intentarlo, lo puede intentar, y eso puede tener consecuencias. No sólo el pinchazo en sí mismo: también podría transmitir VIH o hepatitis, por ejemplo, si reutiliza la aguja, o alguna otra infección. En el peor de los casos, incluso podría ser que un agresor se animase a intentar este método, calculase mal la dosis y matase por sobredosis a su víctima. Esto creo que puede ser peligroso, vamos.

En resumen:

-Se alimenta el miedo a que las mujeres salgan a la calle, a que disfruten del ocio.

-Se aprovecha para difundir bulos y criminalizar a personas inocentes.

-Se quita el foco de donde debe estar (en el agresor), poniéndolo en metodologías improbables y bajando así la guardia ante las metodologías por las que realmente se producen agresiones de sumisión química.

-Se podría estar sugestionando a personas que se llevarán un buen susto y pasarán una experiencia desagradable por falsas creencias, que podría ser evitable.

-Se podría estar animando a agresores a intentar cometer crímenes así al creer que es más viable de lo que realmente es, lo que podría traer consecuencias realmente peligrosas como infecciones o sobredosis.

Así pues, en mi opinión, tenemos 8 razones por las que es muy improbable que haya agresores pinchando con una jeringuilla a sus víctimas para inyectarles una sustancia que hará que sea fácil abusar de ellas; y 5 razones por las que conviene remarcar que es muy improbable y conviene que todo el mundo sepa que es muy improbable.



Aquí, las dos imágenes resumen que se pueden ver en el vídeo:




Y aquí, seis imágenes resumen con las dimensiones adecuadas para Instagram o TikTok:








1 comentario:

  1. Si me dejas una cuenta bancaria, te hago un pequeño ingreso. No tengo Paypal ni Bizum.

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