miércoles, 8 de noviembre de 2023

Guía abreviada de referencias de La Liga de los Caballeros Extraordinarios (LXG)

La Liga de los Caballeros Extraordinarios (se suele traducir como Liga de los Hombres Extraordinarios, pero creo que Caballeros es una traducción bastante más exacta de League of Extraordinary Gentlemen. De una forma u otra, LXG por abreviar está bien) no es una de las obras de Alan Moore que más aplausos haya recibido. Tiene una adaptación cinematográfica muy mediocre en comparación a la calidad de la obra original, pero ésta, la original, no recibe muchos aplausos en comparación a sus obras más alabadas desde siempre: Watchmen, V de Vendetta, From Hell, etc. Yo creo que sí debería entrar entre las 10 mejores obras de Moore.

Inicialmente, empieza siendo un pastiche de aventuras relativamente sencillito, que junta a varios personajes de obras de ficción de otros autores en un mismo universo. Ésa es su premisa. Conforme avanza la obra, eso sí, y va explorando todo tipo de géneros y formas de escritura, la cosa se complica. Ni siquiera creo que pueda ser considerado un cómic estrictamente hablando, pues intercala el cómic con relatos en prosa, guiones para teatro y un largo número de formas de narración. Hasta los muchos extras de LXG, sus portadillas o las ilustraciones de la cara interior del lomo de los tomos recopilatorios cuentan historias y añaden detalles que ayudan a configurar su universo. Conforme avanzan los números, la temática metaliteraria de la obra se va haciendo más evidente: es una obra que nos habla de la importancia de la ficción, de cómo influye en nuestro mundo y lo mucho que necesitamos las historias. No es casualidad que el último cómic de la carrera de Moore fuera el cuarto volumen de LXG, que presentó como una historia para dar fin a todas las historias, una cuidadosa guinda a su carrera en el cómic.

Pero lo que nos interesa aquí es el hecho de que LXG sea un pastiche basado en mezclar personajes y conceptos de un enorme número de obras de otros autores. Cuando digo “enorme”, igual hasta me quedo corto. El primer volumen de LXG ya tiene un número muy alto de referencias sutiles a todo tipo de obras de ficción, escondidas en el fondo de algunas viñetas, mencionadas de pasada. En el segundo volumen la cifra se dispara, con cientos de referencias a obras entretejidas que sirven para elaborar un mundo muy interesante. Y, por supuesto, hay gente que ha elaborado guías para intentar entender todas estas referencias. Por ejemplo, el trabajo de Jess Nevins para la mayor parte de LXG (http://jessnevins.com/annotations.html) es impresionante. Para el volumen IV, en Panel Wise también hicieron un trabajo estupendo (https://panelwiseblog.wordpress.com/annotations-index/). Muchísimas personas contribuyeron en los comentarios con sus apuntes y observaciones, dando lugar a guías de referencias muy interesantes.

Pero yo he echado de menos una versión abreviada, una versión que se centre en las tramas principales. Y es que precisamente ahí es cuando creo que es más importante conocer previamente las obras de las que se han sacado esos personajes, esos lugares, esos conceptos y esos eventos. Creo que hace más disfrutable la lectura de LXG. Y así ha sido como se me ha ocurrido escribir esta guía abreviada con las obras más importantes que conviene conocer para leer LXG y entender a la perfección las tramas principales.

Un detalle importante es que, por resumir, será mejor considerar que estas referencias son acumulativas. Quiero decir: hay algunos personajes que tienen mucho protagonismo durante toda la serie, por ejemplo. Entonces, no voy a mencionar las obras necesarias para conocerles en cada cómic en el que salgan, sólo en el primero de ellos; lo que conlleva dar por hecho que, por ejemplo, para entender bien el volumen II no sólo hay que conocer las obras que menciono al hablar del volumen II, sino también las que he mencionado al hablar del volumen I, y así sucesivamente.

Otra cosa que quiero subrayar es que en todo momento hablo de “conocer” las obras. Dejo a cada cual decidir hasta qué grado le interesa conocerlas. Vamos, que supongo que lo normal será no leerse todas las novelas que voy a mencionar para poder disfrutar más de LXG. Pero quizá simplemente leerse el resumen de una novela en la Wikipedia ya puede ayudar a disfrutar más de LXG y merece la pena hacerlo. Yo lo recomendaría, desde luego.

Por decirlo claramente: creo que usar esta guía antes de leer LXG para conocer un poco estas historias ayudará a disfrutar más del cómic. Sin embargo, también puede haber quien considere que simplemente mencionar estas obras ya es un spoiler leve porque va a dar pistas de qué personajes aparecerán a lo largo de LXG en lugar de ser una completa sorpresa. Puede que haya quien encuentre esta guía útil para una relectura más que para una primera lectura. Pero bueno, la utilidad que la gente quiera darle ya será cosa suya. Yo iré al grano: éstas son las obras más importantes para entender mejor cada volumen de LXG.

 

Volumen I

-La novela Drácula, de Bram Stoker.

-Las novelas de Allan Quatermain escritas por H. Rider Haggard. La primera y la más popular es Las minas del rey Salomón. Quizá con ésta ya basta para entender lo básico sobre el personaje, aunque también puede venir bien alguna de las novelas en las que aparece lady Ragnall, como El niño de marfil, para entender mejor la historia Allan y el Velo Rasgado.

domingo, 5 de noviembre de 2023

Sé que soy un texto

Dejo por aquí un cachito de Jerusalén, de Alan Moore, que creo que puede ser conveniente para que se entienda lo bueno que es. 


Sé que soy un texto. Sé que me estás leyendo. Ésa es la principal diferencia que existe entre nosotros: tú ignoras que eres un texto. Ignoras estar leyéndote. Lo que tomas por una vida soberana que recorres libremente es, en realidad, un libro ya escrito con el que te has quedado absorto, y no por primera vez. Cuando concluyes la actual lectura, cuando sellas la tapa del ataúd cerrando la contracubierta, olvidas de inmediato el esfuerzo de haberlo descifrado y vuelves a cogerlo, tal vez atraído por la asombrosa y heroica imagen de ti mismo que hay impresa en la portada.

Vadeas una vez más la glosolalia del inicio de la novela y esa acongojante escena del parto, toda en primera persona, descrita brumosamente como una confusión de nuevos sabores, esencias y luces aterradoras. Te recreas con júbilo en los pasajes de la niñez y paladeas el enérgico desarrollo de los nuevos personajes a medida que se incorporan, la madre y el padre, los amigos y familiares, los enemigos, siempre con peculiaridades memorables, con encantos singulares. Embriagado con estas proezas juveniles, te das cuenta de que lees de pasada algunos episodios posteriores por puro aburrimiento, que hojeas las páginas de tus días y saltas hacia delante, impaciente por llegar al contenido adulto y la pornografía que asumes que te aguardan en el siguiente capítulo.

Cuando éstas resultan ser alegrías menos puras, menos abundantes de lo que suponías, te sientes algo engañado y bramas contra el autor por un tiempo. Para entonces, sin embargo, los temas capitales de la trama brotan a tu alrededor en la narrativa: locura, amor y pérdida, destino y redención. Comienzas a entender la verdadera escala de la obra, su profundidad y su ambición, cualidades que se te habían escapado hasta ahora. Hay una aprensión incipiente, una sensación de que la historia podría no caer en las categorías que hasta ahora habías asumido, que eran las de aventura picaresca o la comedia sexual. De manera alarmante, el relato supera las reconfortantes fronteras del género para adentrarse en el incómodo territorio del vanguardismo. Por primera vez, te preguntas si habrás intentado abarcar demasiado, si te habrás embarcado por error en una plomiza obra maestra, cuando lo único que pretendías era coger algo distraído, una lectura vacacional para el aeropuerto o la playa. Empiezas a dudar de tus aptitudes como lector, de tu capacidad para llevar a buen término esta fábula mortal sin perder la concentración. Y, aún si logras concluirla, dudas de ser lo suficientemente astuto como para entender el mensaje de la saga, y eso si hay mensaje alguno. En tu fuero interno sospechas que se te escapará por completo, pero, pese a ello, no puedes sino seguir viviendo, seguir arrancando páginas del calendario, siempre urgido por esta cita de la cubierta que rezaba así: “si vas a leer un solo libro en tu vida, que sea éste”.

Blog Widget by LinkWithin