Top 5 discos de 2016
5 – Theatres des Vampires –
Candyland
Es metal sinfónico decente; no
creo que interese a mucha gente si no les gusta ese género, dejando aparte
quizá los temas más pegadizos como The Morgana Effect. Es un disco variado y
eso se agradece, con canciones de tono muy distinto entre sí. Y Sonya Scarlett
tiene realmente muy buena voz. Por lo demás, nada en lo que destaque.
4 – Gatillazo – Cómo convertirse
en nada
El disco baja bastante el nivel
habitual de Gatillazo, la verdad, aunque no lo considero preocupante: estamos
acostumbrados a que haya altibajos. Supongo que es normal cuando llevas
pensando canciones ininterrumpidamente desde 1977, no todas te salen bien. El
tema principal del disco está bien; La del Oeste es buena, Skk y Quiero ser un
puto viejo presentan ideas bastante interesantes, pero no creo que ninguno de
los temas de este disco pase al repertorio más alabado de las canciones de
Evaristo. Aún así, merece la pena escucharlo si te gusta el punk, claro.
3 – Babymetal – Metal resistance
Éste ya es un disco más
interesante al menos como curiosidad, por ser el primer disco de un nuevo
género; o como fenómeno social en general, porque ha sido todo muy rápido. Hace
unos dos años que nació el grupo Babymetal, creando el género del kawaii metal,
y no ha sido hasta ahora que han publicado el primer disco. Ya sólo con los
singles que sacaban no tuvieron problema en subir a un puesto bastante alto del
metal, no teniendo problemas en compartir escenario y camerino con Metallica o
Kiss y en colaborar con Dragonforce o Judas Priest. El disco está a la altura
de lo que ofrece el grupo, siendo quizá un poco comercial, en cuanto a la
fuerte presencia de canciones en inglés, algo que choca un poco para un género
que prácticamente ha sido concebido para cantar en japonés.
2 – Epica – The Holographic
Principle
Es un disco de muy buena calidad,
claro que considero a Epica un grupo de muy buena calidad, así que era
previsible. El disco empieza con metal sinfónico, lo habitual, dejando grandes
temas como The edge of the blade, Universal death squad, Once upon a nightmare
o Dancing in a hurricane. Pero lo más curioso e interesante para todo tipo de
público es que el disco incluye hasta cinco autoversiones en las que abandonan
el metal sinfónico por géneros bastante más variopintos: flamenco, folk gitano,
balada rock o hasta funk rock. Merece mucho la pena escucharlo.
1 – Kase O – El círculo
En el primer puesto sólo podía
estar un disco tan personal que, en cuanto a temática, supone el clímax de una
carrera de 25 años. Es, al fin y al cabo, el primer disco en solitario que saca
Kase O en toda su historia como MC, desde aquellas primeras grabaciones de 1991
en el baño de su casa. Y tiene todo lo necesario. Tiene sampleos y referencias
a su época maquetera a principios de los 90, tiene una canción con el resto de
los Violadores del Verso (además de algunas referencias más, las respectivas
colaboraciones con R de Rumba y otra con Sho-Hai). Tiene temas con mala hostia,
otros muy calmados… y eso que se dejó Casino o Hardcore Funk, sacados en los
supuestos adelantos del disco y que al final no se incluyeron. Y tiene, sobre
todo, una cantidad de experimentación e innovación que supera cualquier cosa
que hayamos visto. Canciones como Triste no se sabe lo que son; otras, como
Mazas y catapultas, parecen flamenco, o como Pavos reales, parecen raggamuffin,
si es que no lo son; finalmente, Basureta (tiempos raros) se nota que es rap y
aún así es algo que nunca se había hecho (bueno, igual Lechowski lo hizo antes
y lo publicó después, lo que daría para debate…). Si me pusiera a buscarle
fallos, sólo podría decir que quizá hay demasiadas odas a un concepto bastante
tóxico de amor, como en el caso de Mitad y mitad; pero vamos, que aún pudiendo
criticar ideológicamente ese aspecto, musicalmente siguen siendo buenas
canciones. Un disco muy digno que creo que puede marcar un antes y un después
en la historia del rap en castellano.
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