miércoles, 24 de noviembre de 2021

La invasión (guión)

Aquí recupero un guión que escribí hace bastantes años para un cómic de fantasía que finalmente no llegó a llevarse a cabo. Me pareció interesante subvertir un poco los tópicos de la fantasía.


Vale, creo que este cómic debería estar dividido en dos partes, una de 4 páginas y media y la otra de 2 y media. La primera parte será más infantil, más bonita, sin sangre. La segunda puede ser más sucia e incluir ya el anhelado gore.

No quiero meter bocadillos en el cómic, me parece que sobrarán y que con tantos personajes no encajarán bien. Así pues, todo el texto del cómic van a ser cuadros de texto a cargo de un narrador al que ya conoceremos.

 

PÁGINAS 1-2

 

Aquí va la splash page. Tal y como querías, será una splash page con 2 viñetas a la derecha del todo, supongo que superpuestas encima, si ves que quedarían mejor separadas pues bien.

Lo primero que se me ocurre es que tal vez podría haber algún elemento distintivo en las 3 primeras páginas y media, aparte del tono del dibujo y eso. Tal vez hadas o duendecillos sujetando las esquinas de las viñetas, o algo así, algo que se salga de la viñeta propiamente dicha. Pero no sé. Es un elemento muy destacado y tal vez salte demasiado a la vista y entorpezca la lectura, así que si quieres puedes olvidar esta idea y hacer como si nunca la hubiera tenido. Total, es lo mismo que haces con muchas de mis ideas :’(

domingo, 21 de noviembre de 2021

El Salón de Té de la Desesperación

Hoy me apetecía compartir esta página de la etapa de Grant Morrison en Doom Patrol. Durante estos cómics, se las arregló para presentar villanos y situaciones extrañísimas sin una motivación específica, que más que ser malvados o buscar enfrentarse a los héroes por razones claras, sencillamente representaban filosofías o formas de ver la vida que podían causar cierto desasosiego. Es el caso de la dimensión de bolsillo conocida como el Salón de Té de la Desesperación. ¿De dónde ha salido, por qué? No se sabe, pero la gente que cae en esa dimensión se encuentra con esta extraña camarera y tiene que oír su discurso, cosas que pasan. Menos mal que a Crazy Jane tampoco le incomoda demasiado, por cierto.



domingo, 7 de noviembre de 2021

miércoles, 3 de noviembre de 2021

El discordianismo, una religión diferente

Este artículo fue publicado originalmente en la revista Anthropologies (https://www.anthropologies.es/), que aprovecho para decir que me parece bastante recomendable.


La existencia de religiones satíricas es de sobra conocida: tenemos la religión pastafari, con su famoso Monstruo del Spaghetti Volador, o la Iglesia de los Subgenios. El satanismo de LaVey también podría encajar en esa definición. Incluso el cine puede inspirar religiones satíricas: tenemos el dudeísmo, inspirado en el protagonista de El Gran Lebowski, y la importancia de la saga Star Wars ha hecho que cientos de miles de personas contesten en el censo que su religión es la Jedi (lo que la ha convertido, por ejemplo, en la séptima religión más numerosa de Reino Unido [1]).

Sin embargo, ninguna de esas cinco religiones me parece tan atractiva como el discordianismo. Esta otra religión satírica me parece la más compleja, elaborada, inteligente y útil, si se me permite la valoración subjetiva.

Es la sátira, hasta un punto disparatado, la que fundamenta el discordianismo; sin embargo, cogiendo elementos de un agnosticismo militante, de otras mitologías, de las religiones y filosofías orientales y de la cultura popular, esta religión satírica también ofrece una forma de ver la vida, de entender el Universo, de otorgar consuelo existencial o de lidiar con los problemas del día a día y ofrecer estrategias para enfrentarlos (o hacer que se enfrenten ellos entre sí, que es mejor todavía).

Corría el año 1967 cuando Malacylpse el Joven y Lord Omar Ravenhurst (son los alter ego de, respectivamente, Greg Hill y Kerry Wendell Thornley) escribieron el texto sagrado Principia Discordia o Cómo conocí a la Diosa y lo que la hice cuando la conocí [2]. Allí narraron cómo, años atrás, cuando aún eran estudiantes de secundaria, se encontraban en una bolera en California cuando el tiempo se detuvo. Apareció entonces un chimpancé con un pergamino, que proclamó: “Caballeros, ¿por qué la luna de Pickering gira en órbita invertida? Caballeros, ¿por qué hay pezones en vuestros pechos; dais leche, acaso? Y díganme, por favor, caballeros, ¿qué hacemos con la Ley de Heisenberg? ¡Alguien ha tenido que poner toda esta confusión aquí!”.

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