10- Hierro 3 (2004)
El hierro 3, además de ser un elemento clave en el argumento de esta película, es el palo de golf menos usado (o eso dice Kim Ki-Duk; yo, la verdad, ni idea de golf). Esto nos indica el sentido de la metáfora: herramientas que no se aprovechan. Un sentido utilitario de las personas que no comparto, pero entiendo, donde hay individuos que podrían aportar mucho a la sociedad por tener impresionantes talentos pero no lo hacen, son desaprovechados. Es el caso de los protagonistas, un hombre con una extraordinaria habilidad para colarse en casas ajenas sin ser visto, o para no ser visto en general, y una mujer con una extraordinaria belleza y talento como modelo (¿es un poco machista que el único talento de la mujer sea la belleza? Pues sí, un poco, la verdad). La película es completamente irrealista: es imposible que alguien pueda pasar desapercibido viviendo básicamente en la sombra de otra persona. Eso sí, es irrealista porque lo que interesa es crear la alegoría, no la historia en sí. También conviene advertir que en esta película abunda mucho el silencio y se limitan los diálogos al mínimo posible: no obstante, no se me hizo pesada en absoluto.
9- El lado oscuro del
corazón 2 (2001)
En esta inesperada secuela de la que para mí es la obra maestra de Eliseo Subiela, a la Muerte se une un nuevo villano para amenazar a nuestro protagonista: el Tiempo. Con un diseño más moderno, sin embargo, en su moto y con ese imperturbable casco, funciona perfectamente. La película se desarrolla bien, con una nueva coprotagonista femenina bien interpretada por Ariadna Gil, nuevos escenarios… sobre todo, hay nuevas metáforas visuales, pero se juega también con las viejas, como la ya famosa cama con trampilla. Hay una pega inevitable en el reparto: ocho años atrás, Nacha Guevara podía encarnar perfectamente a la Muerte. En el caso de la secuela, sin embargo, su aspecto físico ya no encaja mucho con la imagen de la Muerte que tenemos en el imaginario colectivo… sin embargo, ¿qué otra opción había? ¿Cambiar de actriz? Por eso me parece una pega inevitable. El lado oscuro del corazón 2, aunque creo que se queda un poco por debajo de la original, sigue siendo una película muy interesante.
8- Kill Bill. Volumen
2 (2004)
En una segunda parte que yo diría que es ligeramente inferior a la primera (aunque creo que prevalece la opinión contraria), Tarantino sigue desplegando un importante abanico de referencias cinematográficas varias y de estética deslumbrante. Los personajes siguen siendo carismáticos y resultando interesantes; el uso de flashbacks sirve para contar historias un poco manidas o para ampliar detalles que ya podíamos intuir, pero no desentona. También se puede decir que esta segunda parte incluye detalles y conceptos menos realistas que la primera. Yo diría que le falta algo más de sorpresa, de ser menos lineal, algún giro de guión más que pudiera cautivar; pero cumple bastante bien y sigue siendo una buena película. Ah, y toda la parte de la tumba me parece bien hecha.
7- Kill Bill. Volumen
1 (2003)
En una película hecha a medida para Uma Thurman, Tarantino despliega todo su talento para el pastiche y la mezcla de elementos variados del cine que le gusta. En este caso, de hecho, mezcla tantas cosas que hasta incluye escenas animadas, que yo diría que no desentonan en absoluto con el resto de la película. Kill Bill es mayormente visual, y su principal pega, probablemente, es que no tiene un gran argumento, es muy lineal. Pero funciona bien. Los personajes, aunque son un poco planos y estereotipados, se las arreglan para desprender carisma. La estética es muy atractiva, la banda sonora también me parece bien elegida (aunque he visto a gente criticarla bastante). Me parece una película que está ahí en el límite de ser una obra maestra y probablemente yo no llegaría a considerarla como tal, pero es entretenimiento de muy buen nivel, sin duda.
6- Malditos bastardos
(2009)
Tarantino da un giro interesante al cine bélico aquí, aprovechando bien todas sus influencias (bueno, ni que decir tiene que una de sus características más conocidas como director es copiar a otros y hacer su propio pastiche). La reescritura de la Historia puede ser interesante en una película como ésta. Las distintas escenas y las historias paralelas a veces avanzan a trompicones, pero en este caso, esto puede ser una ventaja para disfrutar de diversos estilos. Los personajes son carismáticos, destacando el papel de Christoph Waltz, que se ha llevado merecidas alabanzas. La película está llena de excesos, por supuesto, aunque la mayoría de éstos se pueden disfrutar. Personalmente, el fallo que considero más grave es la facilidad de los protagonistas para burlar a los nazis en el tramo final; es una falta de realismo que destaca demasiado, y que se nota que simplemente no se sabía resolver mejor. También se recurre a veces a escenas de satisfacción baratas y simplonas, pero bueno, es que funcionan bien: efectivamente, son satisfactorias.
5- Obscenidades y
sabiduría (2008)
El hecho de que una película dirigida por Madonna haya acabado entre mis 20 favoritas expresa bien la agradable sorpresa que me llevé al verla. Una galería de extraños personajes: una bailarina de ballet fracasada, una farmacéutica drogadicta cuyo sueño es ayudar a los pobres del tercer mundo, un escritor que dejó de escribir al quedarse ciego, un matrimonio en crisis debido a que el marido sólo le pone que le azoten colegialas o maestros… y sigue. Toda una galería de personajes ligeramente deprimidos e insatisfechos con su vida, que descubren que tanto el malestar como la alegría pueden ser contagiosos. Enorme Eugene Hutz interpretándose a sí mismo.
4- Dogville (2003)
Esta película de Lars von Trier probablemente sea conocida, sobre todo, por su curiosa escenografía, por la idea de obviar todos los decorados y sustituirlos por líneas blancas pintadas en el suelo. Es un recurso interesante, porque ayuda a centrarse en los personajes y a localizar a varios de ellos a la vez y ver lo que están haciendo aunque cada uno esté en una casa distinta, pero para mí no es lo más notable del film ni mucho menos –ni para bien ni para mal, digo-. Es un desgarrador relato psicosocial sobre lo que puede llegar a hacer un pueblo de personas “normales”, de personas “decentes”, cuando encuentran a una persona –Grace, que para mi gusto es excelentemente interpretada por Nicole Kidman, aunque cabe destacar que muchas críticas la acusan de ser demasiado fría- totalmente vulnerable ante ellos, en un ambiente aislado. La forma en que la actitud de los habitantes del pueblo hacia Grace va cambiando es absolutamente realista, responde a comportamientos que efectivamente se han visto en experimentos (la cárcel de Stanford, por ejemplo), y eso es lo que hace de Dogville una de las películas más crueles que he visto. Transmite muchísimo, realmente llegas a sufrir con lo que se ve. A mí me parece una obra maestra, un retrato pesimista del comportamiento humano en sociedad que conviene digerir y conocer a modo de catarsis. No puedo evitar notar tampoco lo curioso y llamativo de que el final no se recree en escenas que podrían sentirse como satisfactorias.
3- Castaway on the
Moon (2009)
Con una fotografía y una estética absolutamente cautivadoras, Castaway on the Moon nos presenta en los primeros minutos a un hombre que, agobiado por el estrés de la vida cotidiana, trata de suicidarse arrojándose al río Han. En su lugar, acaba en un pequeño islote salvaje en mitad de la ciudad, pero totalmente aislado de ésta –por cierto, ese extraño lugar existe y se llama Bamseom: se mantiene deshabitado para proteger un ecosistema que permite la supervivencia de distintas aves-. Aunque no logra cumplir su deseo inicial, poco a poco comprende que en cierto modo sí ha tenido éxito: ha logrado escapar del estrés del día a día, de la vida de la ciudad, del dinero, de la tecnología, que es lo que quería, al fin y al cabo. Ahora puede llevar una vida totalmente distinta, como un náufrago en una isla salvaje. En contraste, la otra protagonista de esta película es una hikikomori que, encerrada en su habitación, lleva la mayor parte de su vida a través de internet, donde tiene una identidad ficticia que le resulta más cómoda que la real. A través de su cámara, con la que le gusta fotografiar la luna, descubre la existencia del otro protagonista. Establecen contacto. Dos inadaptados a la sociedad encerrados físicamente en lugares muy distintos, sin poder verse físicamente, se comunican y se comprenden el uno al otro. Castaway on the Moon es una joya no muy conocida y absolutamente recomendable.
2- Sweeney Todd
(2007)
Probablemente mi mayor “placer culpable”: esa película que no queda muy bien decir en algunos ambientes que merece un 10. La verdad es que es cutre decirlo, sí. Pero hay algo de universal en la historia de Sweeney Todd, algo de personajes definidos perfectamente. El material con el que se trabaja para hacer esta adaptación es excelente: canciones realmente buenas, todas ellas con su tono y su temática, preparadas para confluir en un final que pone los pelos de punta. La ambientación está muy bien lograda. El reparto se ajusta a la perfección: y, aunque yo no puedo considerar a Johnny Depp o Helena Bonham-Carter entre mis actores favoritos, puesto que prácticamente siempre hacen el mismo papel, hay que reconocer que ese papel sí lo hacen bien, sí. Esta película termina siendo un musical con las dosis justas de humor, horror y drama; en los años que han pasado desde la primera vez que la vi, por algún motivo, me ha seguido cautivando y no consigue aburrirme.
1- Enter the void
(2009)
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