A veces me da la sensación de que, entre los muchos reclamos
justos de la juventud en la situación que atraviesa España, se cuela algo de
clasismo y aires de superioridad en la gente quejándose porque no encuentra
trabajo de lo suyo. Es un enfado comprensible, por el tiempo y el dinero
invertido en hacer una carrera universitaria, pero creo que de ahí se deriva a
un asco bastante pijo hacia profesiones que no son consideradas dignas de un
universitario, sino de la chusma.
No sé, yo terminé la carrera el año pasado y ahora soy
voluntario en un centro de inserción social, colaborador en distintos medios de
comunicación y publicaciones, a la vez que sigo intentando formarme, sacando el
permiso de conducir y el año que viene un máster de drogodependencias. Tras
esto espero que me salga trabajo "de lo mío" en un par de años. Pero
si no es así, pues serviré cañas, barreré calles o fregaré suelos. Porque haber
podido sacarme una carrera no me convierte en un semidiós sólo digno de
trabajar sentado en un sillón, que mire por encima del hombro a los simples
mortales que se parten la espalda día tras día.
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