Este relato es una versión ligeramente resumida, de cara a no hacer spoilers del libro que en un futuro recopilará Microrrelatos punk. En septiembre, posibilemente. Yo lo dejo caer.
Una historia que tal vez tenga
una bonita moraleja, pero eso dependerá de la moraleja que cada cual quiera
ponerle. Así es más emocionante.
Érase una vez una manifestación
antifascista. Ante el preocupante aumento de agresiones nazis, deficientes
mentales que van grabando esvásticas con navajas a la gente, etc, se convocó
una mani multitudinaria. Por supuesto, los fascistas fueron a reventarla, y se
armó un buen jaleo.
Entonces apareció la policía,
dispuesta a democratizar a manifestantes y contramanifestantes (ayudada por
armas como el gas democratizador o las pelotas de democracia, ya que un
antidisturbios sin armas no vale ni una mierda).
Nótese que los polis suelen ser
amigos de los nazis, pero vamos, que esta vez iban tan hasta el culo de farlopa
que ni distinguían, y abrían la cabeza a porrazos a todo el que pillaran por el
camino, ¿sí?