Esta reflexión va a ser muy
sencilla, y es que no hay mucho de dónde sacar. A menudo, de cada par de
auriculares, se jode uno primero. Sí, nos pasa a todxs. Yo, por lo menos, tengo
la casa llena de pares de auriculares de los cuales sólo funciona uno. En ese
momento surge una duda: ¿en qué oreja me lo pongo, derecha o izquierda?
La pregunta suele ser respondida
al azar, o por factores ambientales. No se suele tener en cuenta a nuestro
cerebro, y ahí es donde entra mi teoría.
Tal y como yo lo veo, hay que
considerar el área de Wernicke, la zona del cerebro que se encarga del
procesamiento del lenguaje y la comprensión (junto a muchas otras zonas que
asumen un papel menos importante pero igualmente necesario, claro). En el 95 %
de las personas, el área de Wernicke está localizada en el hemisferio izquierdo
del cerebro.
Sigamos. El hemisferio derecho,
como es bien sabido, está especializado en dotes artísticas y musicales, frente
a la lógica más fría del hemisferio izquierdo. La relación entre tonos y la
armonía, la percepción del ritmo… son funciones del hemisferio derecho.
Finalmente, cabe destacar que,
por algún capricho extraño de la evolución, la información recogida por el oído
izquierdo se procesa en el hemisferio derecho, y viceversa.
Así pues, podemos concluir que si
lo que nos importa es la armonía, tendremos que ponernos el auricular en el
oído izquierdo, y si lo que nos importa es la letra, tendremos que ponernos el
auricular en el oído derecho.
Más concretamente y como
experiencia personal, yo me pongo el auricular en el oído derecho para músicas
en las que sobresale la letra (rap, punk…) y en el oído izquierdo cuando
importa más la música en sí (clásica, techno, metal sinfónico…), mientras que
en músicas que hay mayor equilibro entre una cosa y otra (heavy metal, ska…),
es irrelevante en qué oído ponerse el auricular.
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