Pequeño adelanto de un proyecto que anda por ahí pendiente.
En enero de 2007, el diario The Washington Post hizo
un experimento en el cual Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del
mundo, tocó durante 43 minutos su violín en el metro de New York, de incógnito.
De los cientos de personas que pasaron, apenas unas docenas se detuvieron a
mirar.
En 2008, nace el proyecto músical y fundación
Playing for Change, que junta grabaciones a artistas callejeros en distintas
partes del mundo para formar música, cuyos ingresos se destinan a obras de
caridad. La primera canción grabada, Stand
by me, cuenta ya con 114 millones de reproducciones en Youtube.
Aunque precisamente lo que denuncia esta clase de
proyectos es la poca atención que se le presta a los artistas callejeros, dicha
denuncia sí recibe una repercusión que multiplica por cifras asombrosas esa
atención prestada por la gente. Es decir, se puede centrar la atención del
público en artistas callejeros siempre que estén convenientemente empaquetados
y decorados para su distribución.
Si esto es una ventaja o una desventaja, imagino que
dependerá de cada situación.
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