miércoles, 30 de diciembre de 2020

El corazón delator

 Aprovecho una entrada compartiendo un famosísimo relato corto de Poe, que nunca viene mal (y por cierto, con la traducción de la época, así que no os preocupéis por algún fallo curioso de ortografía), para decir que esta semana me tomo vacaciones, y la siguiente también, que iba tocando. Así que hasta el día 13 de enero no vuelve a tocar entrada escrita por mí.



¡Credme! Yo soy muy nervioso, espantosamente nervioso, siempre lo he sido. Mas ¿por qué os empeñáis en que estoy loco? La enfermedad ha dado mayor perspicacia á mis sentidos: no los ha destruido ni embotado. Entre todos se distingue, sin embargo, el oido como superior en firmeza: yo he oido todas las cosas del cielo y de la tierra y no pocas del infierno. ¿Cómo, pues, he de estar loco? Atencion! Y contemplad con cuánta calma y cordura puedo contaros toda mi historia.

No es posible esplicar como me pasó por las mientes la idea por primera vez; pero ya que me pasó, no cesó de perseguirme noche y dia. Verdaderamente no había en ella objeto ni pasion de mi parte. Yo quería al pobre viejo: él no me había hecho mal ninguno: jamás me había insultado: yo no codiciaba su oro... ¡Ah! ¡Sí, esto es! Uno de sus ojos parecía de buitre: era un ojo azul apagado y con una catarata. Cada vez que aquel ojo se fijaba en mí la sangré se me helaba; así fué que lentamente y por grados, se me puso en la cabeza matar á aquel viejo, para de este modo librarme de aquel ojo para siempre.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Mis 10 películas favoritas de los 50

 10- Cuentos de Tokio (1953)

Quizá una película adelantada a su tiempo, dado cómo han aumentado tanto la esperanza de vida como el individualismo desde 1953; casi sirve mejor para definir nuestro tiempo que el tiempo en el que se rodó, y es brillante. Desde el costumbrismo y unos personajes que, sin excesos, cumplen perfectamente su papel y muestran una profundidad y un realismo notables, la película narra con gran acierto la soledad que sienten los ancianos. No hay maniqueísmos, no se trata de una familia de hijos despiadados que buscan abandonar a sus mayores a la suerte: nada de eso, es algo mucho más elaborado y creíble, más cercano a la realidad. Muy recomendable.


9- La strada (1954)

“Todo en esta vida tiene un propósito, incluso esta piedra […] Porque si esta piedra no tiene sentido, entonces nada lo tiene. Al menos, así pienso yo”. Palabras de consuelo ante el dolor de la existencia. La strada es el camino de Gelsomina (perfectamente interpretada por Giuletta Masina) para encontrar ese propósito, habiendo tenido siempre una existencia miserable, condenada a la pobreza y a la falta de afecto. Y no es un camino fácil ni moralista: al contrario, la película nos enseña –entre otras cosas- cómo, por desgracia, se pueden crear lazos de afecto hacia un maltratador. Es una película dura, pero merece la pena verla.

domingo, 20 de diciembre de 2020

Goloka: La dosis heroica

Estas ocho páginas de Alan Moore en Terrific Tales me parecen lo bastante impresionantes por sí mismas para compartirlas. Una vez más, Moore expresa la idea de la vida como espejo de la materia y como validación hacia ella. Me temo que en inglés, eso sí.



miércoles, 16 de diciembre de 2020

Drogas legales e ilegales

 He retocado y ampliado un poco un texto que compartí espontáneamente en Facebook hace unos años para que queden unos pocos párrafos decentes sobre el tema, aunque sea a modo de resumen rápido.


Como es un tema que sale mucho, resumamos cómo se hace la división entre drogas legales e ilegales: básicamente, por motivos racistas y xenófobos. Antes que nada, esto es una simplificación: hay más factores a tener en cuenta, como intereses comerciales, estudios, etc; 

A principios del siglo XX, en EEUU, se producen las grandes ilegalizaciones de drogas para criminalizar a los cuatro grupos de inmigrantes que más molestaban a la gente blanca, cristiana y racista de buen ver. Los tópicos asociaban cada droga a un grupo determinado, así que parecía buen método: se ilegalizó la marihuana porque era una droga de negros y sudamericanos, la cocaína porque era una droga de negros, el opio (y derivados) porque era una droga de chinos y el alcohol porque era una droga de irlandeses. Sin embargo, las drogas patriotas, consumidas por gente blanca y respetable, como el tabaco, el café o las anfetaminas, siguieron siendo legales.

domingo, 13 de diciembre de 2020

Alleine zu zweit

Hoy toca compartir un videoclip de Lacrimosa porque me gusta esta canción. Y el videoclip también me parece curioso, al tratar de mostrar un sexo más realista del que es habitual en cualquier tipo de producto comercial.


miércoles, 9 de diciembre de 2020

Reseña de los últimos 5 videojuegos jugados (XIII)

Tera

PS4

6.5/10


Es un MMORPG ambientado en un mundo de fantasía, sin grandes excesos de imaginación en el guión (básicamente reproduce los tópicos de la fantasía inspirada en mitología europea de toda la vida), aunque con algún giro interesante. Como es normal en un juego de estas características, los escenarios son grandes, muy grandes; y variados. Probablemente ése sea su punto fuerte, y de verdad resulta entretenido explorar el mundo de Tera. La creación del personaje también puede dar lugar a bastantes variedades, cada una con una variedad de técnicas tan amplias, eso sí, que al final las formas de combate pueden ser muy similares. Las misiones secundarias suelen ser muy repetitivas, pero hay excepciones notables –como, por ejemplo, el tema de la pesca como un minijuego recurrente-. Luego está el tema de misiones secundarias buggeadas que no se molestan en arreglar. En general, queda un juego entretenido y decente, sin llegar al notable.

 

Sand Balls

Android

4.5/10


A ver, buscaba un juego de puzzle simple, así que no sé cómo está de bien por mi parte quejarme de que era demasiado simple… pero era demasiado simple, en serio. Esperaba algo un poco más original, con señas propias, con puzzles más elaborados; así ni siquiera entretiene mucho.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Micropoema en prosa

 Hace años escribí sobre mis distintos yoes: el hippie discordiano, el escritor anarquista, el psicólogo, el adolescente… ahora me doy cuenta, como Orlando, de que soy todos ellos. Lo único que tenía que hacer era juntarlos todos y crear así uno totalmente distinto.

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