Así parece mostrarlo un estudio hecho por un grupo de genetistas, que han encontrado una correlación de 0,99 en la pobreza según la R de Pearson, entre padres e hijos. Esto supone una correlación casi perfecta que, por supuesto, también se extiende a la riqueza.
"Lo cierto es que resulta prácticamente imposible encontrar a una persona que desarrolle pobreza habiendo nacido en una familia rica", afirma uno de los investigadores. "Todo parece indicar que se trata de un trastorno hereditario; esto no se había podido confirmar hasta ahora, por lo que nuestra investigación es muy importante. Además, abre las puertas a nuevos trabajos: el siguiente paso que vamos a dar en nuestra investigación es tratar de localizar el gen o grupo de genes que contiene la pobreza."
Preguntados por el mayor reto que ha afrontado su investigación, los genetistas no dudan. "Teníamos mucha información contradictoria. Por ejemplo, cuando murió uno de los sujetos del estudio, E. Botín... no, eso es demasiado obvio, llamémosle mejor Emilio B. [risas], preguntamos a un liberal. Nos dijo que el sujeto era un emprendedor, un hombre hecho a sí mismo, que había construido un gran banco de la nada. Esto nos llevó a pensar que podía haber una transición de la pobreza a la riqueza que no estuviera explicada por los genes, y perdimos mucho tiempo tratando de entender cómo alguien de familia pobre podía llegar a ser rico."
Según afirman, esto retrasó la investigación varios años, hasta que dieron con la clave del problema: "Uno de nuestros investigadores descubrió por casualidad que Emilio B. provenía de una familia de banqueros y que, de hecho, había heredado Banco Santander." Esta información fue cotejada con el liberal, que respondió: "Venga, no jodáis. Cuando llego a manos de Emilio B. era un banco pequeñito. Él es un hombre hecho a sí mismo, un auténtico emprendedor y un ejemplo de trabajo duro, esfuerzo y constancia." No obstante, esta tesis fue rechazada y todos los datos del estudio comenzaron a encajar, coincidiendo también con estudios como el de Barone y Mocetti que indican que las familias más ricas de Florencia son las mismas hoy en día que hace 600 años.
"Ahora nuestro mayor reto es aislar el gen de la pobreza para encontrar soluciones", afirman los investigadores. "Tal vez se podría eliminar ese gen usando tecnología punta, o quizá incluso tomar soluciones más drásticas, como la castración química en portadores de este gen. Somos conscientes de que esto suena muy radical, pero podría funcionar. Si los pobres no tienen hijos, no nacerán más pobres, y dentro de unas generaciones todo el mundo será millonario y seremos felices, ¿no?"
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