miércoles, 24 de octubre de 2018

Reflexiones chorras: Elric de Melniboné y los problemas editoriales



Ah, los derechos de las editoriales, esa magnífica mina de dinero interminable. Siegel y Shuter vendieron los derechos de Superman a DC por 130 dólares, ¿cuántos miles de millones habrá generado Superman desde entonces? Para una editorial es importante conservar los derechos sobre sus personajes, desde luego. Así, se puede establecer una continuidad y tu personaje tiene aventuras con otros, y se hacen amigos y esas cosas (continuando con el ejemplo, ¿cuántos encuentros y aventuras han compartido Superman y Batman?).

Pero quiero centrarme en un caso especialmente curioso: Elric de Melniboné. Elric fue creado en 1961 por Michael Moorcock para una serie de novelas y relatos cortos de fantasía heroica. Último emperador del reino de Melniboné, Elric tiene el mérito de romper con el estereotipo de la fantasía heroica que encarnaban personajes como Conan o Kull. Nuestro emperador, al contrario que éstos, no es una masa de músculos salvaje curtida en mil batallas, sino un albino enfermizo y débil que, eso sí, puede obtener fuerza sobrehumana si empuña su legendaria espada, la Portadora de Tormentas.

Elric es un personaje muy interesante por todos sus contrastes: el mencionado contraste entre fuerza y debilidad, al contrario que los demás emperadores de Melniboné, sirve al Caos y no al Orden, o todos los dilemas éticos que se presentan, dado que la Portadora de Tormentas tiene la peculiaridad de condenar al Infierno durante toda la eternidad el alma de aquel al que mata.

Además de eso, Michael Moorcock tiene su concepto un tanto personal de Multiverso: todos los relatos escritos por Moorcock transcurren en un Multiverso con un tema más o menos central, la lucha entre el Orden y el Caos. Eso no significa que sus personajes se crucen constantemente, los cruces son muy ocasionales: normalmente cada uno tiene su propio universo, unos de fantasía heroica, otros de ciencia-ficción, etc, y sólo se parecen en esta lucha.

El concepto de Multiverso tal y como lo entiende Moorcock también implica el animar a otros autores a que escriban historias para complementar a sus personajes. Un caso muy célebre es El garaje hermético, cómic escrito por Moebius usando al personaje de Moorcock, Jerry Cornelius.

Vayamos ahora al grano. En los años 70, Marvel ha comprado los derechos de Conan el Bárbaro, y publica un cómic mensual sobre él escrito por Roy Thomas, adaptando los relatos de Robert E. Howard y añadiendo historias de cosecha propia. Michael Moorcock es invitado a la serie y escribe un par de números, en los que Conan recibe la visita de Elric de Melniboné, llegado de otra dimensión por obra de un conjuro.

Para Marvel esto no significa nada. Un par de números en los que sale Elric, guay. Para Moorcock, significa mucho: según su concepto de Multiverso, oficialmente Elric de Melniboné ha viajado al univeso Marvel. Sólo se ha encontrado con Conan, pero a su vez Conan se ha encontrado con muchos otros héroes. Podemos decir, por tanto, que oficialmente Elric de Melniboné ha vivido un par de números en el mismo universo que Spiderman, los Vengadores, los 4 Fantásticos o los X-Men.

No pasa nada, ahora nos vamos al sello ABC, creado por Alan Moore para la editorial Wildstorm (aunque por aquellos años DC absorbió a Wildstorm, pero para qué liarnos). ABC estableció su propia continuidad basada en cuatro series: Tom Strong, Promethea, Tomorrow Stories y Top 10. Posteriormente se unirían unas cuantas más (Greyshirt, Terra Obscura, Smax el Bárbaro, etc) y crearían un complejo universo, del que sólo quedaría excluida una obra de dicho sello, que tiene su propio universo del que hablaremos más tarde.

Imaginaos por dónde van los tiros: Michael Moorcock, amigo personal de Alan Moore, es invitado a la serie de Tom Strong a escribir otro par de números. Moorcock utiliza a alguno de sus personajes, y de paso a una espada que bien podría ser la Portadora de Tormentas, o quizá una de sus hermanas.

De esta forma, la continuidad de ABC queda ligada a la de Marvel a través del Multiverso de Michael Moorcock: al fin y al cabo, Marvel o ABC sólo son continuidades por las que Elric puede viajar. Pero este amasijo de editoriales y continuidades aún se puede liar mucho más en el remate final.

Para ello, nos vamos a la serie que quedaba marginada en la continuidad de ABC: se trata de la Liga de los Hombres Extraordinarios (Caballeros sería una traducción mucho más acertada, por cierto), conocida por haber sido llevada al cine en una adaptación que resulta ser poco más que un truño al lado de la obra original, mucho más compleja, inteligente y bien llevada.

LXG, como se suele abreviar, tiene una continuidad basada en la mezcla de continuidades de obras sin derechos de autor. Es decir, todo lo narrado en la novela de Frankenstein, todo lo narrado en el Dr. Jekyll y mr. Hyde, en Drácula, en El hombre invisible, en las novelas de Julio Verne, en La isla del tesoro y un larguísimo etcétera, todo eso forma parte del universo de LXG.

¿Adivináis qué? Seh. En una obra complementaria al segundo volumen, Alan Moore nos revela que el reino de Melniboné existe en la continuidad de LXG. Si bien esta continuidad se la puede sudar a Drácula o al capitán Nemo, no es así con Elric, puesto que, como he señalado, Moorcock acopla a la continuidad de Elric todas sus apariciones en otras editoriales.

Esto significa que 45 años después de que Elric de Melniboné fuese creado, Alan Moore revela oficialmente que en el futuro, el universo en el que transcurren las aventuras de Elric tendrá habitantes tan simpáticos como Allan Quatermain, Orlando, Frankenstein o Sherlock Holmes. A su vez, en ese universo de LXG hay un Elric que oficialmente ha viajado al universo ABC y al universo Marvel… que, curiosamente, también tiene su propio Drácula o su propio monstruo de Frankenstein –pero de otro universo, eso sí-.

Por cierto, Uatu el Vigilante, personaje de Marvel, tiene el poder de viajar entre dimensiones y también sale en LXG, que tranquilamente podría ser otro de los universos alternativos de Marvel al ser el universo de Elric. Pero igual esto ya es complicarlo demasiado todo, ¿no?

Y éste es el problema de los derechos de autor.

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