miércoles, 15 de mayo de 2019

Micropoema en prosa


Hoy he visto a un perro agonizando tras ser atropellado. Mucha sangre, su dueño llorando y gritando con el rostro desencajado, el perro emitiendo unos ruidos agónicos que no puedo describir con palabras. Y pienso que lo que he aprendido en psicología es una mierda, que no hay nada que pueda hacer que asimiles algo así. Pienso que hay espacios en los que socialmente se da cabida al dolor, como hospitales y tanatorios, y que de alguna forma ayudan a digerirlo. Pero cuando el dolor golpea en mitad de una avenida soleada con vistas bonitas, no hay forma de digerirlo, no hay nada que te prepare para eso y todo el mundo se rompe y se pone del revés.

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