Mis 10 películas favoritas de los 70

 10- Apocalypse Now (1979)

Curiosamente, la vi un tiempo después de leer El corazón de las tinieblas, sin saber que era una adaptación de esta novela. Tardé mis buenos 40 minutos, así a ojo, en pensar “un momento, ya sé de qué me suena esto”… y, la verdad, es una adaptación excelente, porque parece que la crueldad del imperialismo, por desgracia, cambió poco en algo más de medio siglo, y que los mismos temas pueden ser abordados de forma muy similar en el Congo belga del siglo XIX que en la Guerra de Vietnam. Apocalypse Now es técnicamente impecable y cuenta con muchos detalles, a menudo cargados de simbolismo, que la han elevado a su estátus de película de culto: la excelente interpretación de Marlon Brando, o la de Robert Duvall, con su inolvidable apreciación del olor a napalm por las mañanas; los momentos de descanso, diversión y hasta vidas lujosas en mitad del horror de la guerra; el uso de una excelente banda sonora que aprovecha al máximo la Cabalgata de las Valkyrias o Satisfaction, de los Rolling Stones. Es difícil decir sobre ella algo que no se haya dicho ya… pero es una de las mejores películas bélicas de todos los tiempos.

 

9- Saló, o los 120 días de Sodoma (1975)

Personalmente, creo que, hasta la fecha, nadie ha conseguido escribir escenas tan brutales y desagradables como el Marqués de Sade en Los 120 días de Sodoma; cosa que encuentro curiosa, porque ha pasado ya mucho tiempo y uno podría pensar que surgirían escritores que pudieran hacerle sombra en cuanto a sadismo, valga la redundancia… pero no, creo que no. El sadismo, eso sí, está al servicio de la denuncia al poder, de forma nada disimulada: la crueldad es un recurso argumentativo para mostrar lo despiadados que pueden ser los sectores que gobiernan nuestra sociedad. Y Passolini, cambiando el contexto geográfico y temporal, supo hacer una adaptación muy completa de esta obra; suave, en comparación, pero no por mucho. En un aspecto técnico, es sobresaliente: impecables planos, banda sonora, etc. La actuación, considerando la temprana edad de muchos de los participantes, también es muy buena. Queda una película bastante recomendable, quizá algo coja en cuanto a sus tramas, eso sí… y desagradable, por supuesto, no apta para todos los estómagos.

8- El Topo (1970)

Jodorowsky me genera muchos sentimientos encontrados: la mayor parte de sus ideas me parecen magufadas contraproducentes, sinceramente. La psicomagia, las ideas de pensamiento mágico de que puedes cambiar toda tu persona ignorando las condiciones materiales que te rodean… no veo por dónde cogerlas. El tipo además parece pedante y que tiene la verdad absoluta (que no, no la tiene). Pero también tengo que admitir que muchas de sus obras, pese a ser un vehículo para estas ideas, están muy bien hechas y son muy interesantes. El mejor ejemplo precisamente me parece El Topo, creo que es lo más interesante que ha hecho. Partiendo de una ambientación de western bien lograda y que le da un toque especial, se despliega una serie de alegorías que dan lugar a planos realmente bellos y a un viaje interesante y simbólico. El simbolismo es a veces un poco íntimo, lo que le puede restar puntos e interés a la película (¿qué sentido tendría ver una película que sólo entiende su director?), pero lo cierto es que, en la mayor parte de escenas, es bastante accesible: referencias a la cultura oriental, al psicoanálisis y juraría que a la Cábala son las que componen la mayor parte de estas metáforas, así que muchas de ellas sí son comprensibles. El resultado es un western surrealista que, a mi juicio, no llega a un sobresaliente, pero se queda cerca.

 

7- The Rocky Horror Picture Show (1975)

Quizá todo se pueda resumir en que esta película es divertida: así, en un sentido amplio. En sus personajes, en su desarrollo, en sus canciones, en su vestuario, en el humor que generan algunas situaciones de contraste, en sus recursos narrativos (como el profesor explicando los pasos para bailar el Time Warp). No me sorprende que se haya convertido en una película de culto, porque tiene pocos fallos. Como el musical que adapta, es un divertido homenaje al terror y a la ciencia-ficción de serie B, trazando un paralelismo así con un travestismo festivo que, a ojos de una sociedad y de unos personajes conservadores de valores tradicionales, parece tan exótico como la visita de unos alienígenas o el castillo de un vampiro. Si los humanos somos sólo insectos arrastrándonos por la superficie del planeta, eh, al menos, divirtámonos.

 

6- Dersu Uzala (El cazador) (1975)

El guión de esta película está basado en hechos reales bastante sencillos y que, sin embargo, dan lugar a una excelente reflexión sobre la naturaleza humana, con énfasis en algunos puntos en concreto. El film se divide en dos mitades clarísimamente diferenciadas: la primera narra el encuentro inicial del explorador Vladimir Arséniev con el solitario nómada Dersu Uzala, que se une a la expedición y les ayuda a avanzar por los bosques siberianos. La fotografía y el aspecto técnico son impecables desde el primer momento, aunque, a mi gusto, palidecen en comparación al carisma de Dersu Uzala, interpretado por Maksim Munzun, y su filosofía de vida. Cada reflexión de este personaje –que, insisto, existió realmente- sobre su forma de entender la naturaleza y la vida es una pequeña joya. La segunda mitad de la película nos muestra, años después, a Arséniev encontrándose a un Dersu Uzala cuyo envejecimiento le dificulta seguir viviendo en el bosque, motivo por el cual se lo lleva con él a la civilización, donde no termina de encajar. De esta forma, se plantean unos cuantos temas interesantes, como la pérdida de habilidades que conlleva el envejecer, la amistad a lo largo de los años o el contraste entre la civilización, la naturaleza y sus respectivas leyes, todos ellos magníficamente tratados. En mi opinión, el tramo final puede ser perfectamente una de las cosas más conmovedoras que puede dar el cine.

 

5- Novecento (1976)

El clásico del cine revolucionario por excelencia. Robert De Niro, Gérard Depardieu y Burt Lancaster clavan sus papeles en esta película de Bertolucci. Hoy en día habría sido una serie de TV, pero en 1976 no era un formato muy popular, así que nos encontramos ante una película de 5 horas, lo que es considerado su principal defecto. A mí, sin embargo, no me aburrió, y tiene mérito tenerte pegado a la pantalla durante 5 horas seguidas. Se le acusa también de apología al comunismo, cosa que no me parece cierta: a lo largo de la película podemos ver a comunistas crueles y sádicos, comunistas ignorantes e incluso se retratan los principales problemas de este movimiento (“¿por qué la oca que es de todos tiene que ser la mía?”). El único defecto que yo le encuentro es que los personajes a veces están demasiado caricaturizados, parecen muy artificiales; aún así, no cabe duda de que es una obra maestra.

 

4- El padrino II (1974)

Resulta muy interesante que El padrino II pudiera mantener el nivel de la primera a pesar de quitarle una de sus grandes ventajas, el papel de Marlon Brando. Pero sí lo mantiene, sí. Con dos épocas distintas, una en la que destaca la interpretación de Robert De Niro y las reflexiones sobre la pobreza y el crimen; y otra en la que es la interpretación de Al Pacino la que destaca, sobre todo en la relación entre los personajes de Michael y Fredo, y con sus eventos cruzándose con la caída del régimen de Batista en la revolución cubana, seguramente El padrino II es una de las mejores secuelas de todos los tiempos.

 

3- La vida de Brian (1979)

Para mí, la cumbre del cine de humor, de mano de los Monty Python. Basándose en el paralelismo con la vida de Jesucristo y sin tirar de los chistes más obvios que podrían surgir, sale un film que ya desde los surrealistas créditos iniciales promete mucho. La manera en la que se reflejan con un enorme acierto situaciones recurrentes que podemos ver en nuestra sociedad y que resultan ridículas ha hecho que se graben a fuego en la cultura popular: temas como la división entre el Frente Popular de Judea y el Frente Judaico Popular o el crimen de pronunciar la palabra “Jehová” siguen siendo bromas recurrentes en el día a día. Claro que es difícil quedarse con una escena en concreto, porque la película entera es brillante de principio a fin; incluso lo son las escenas eliminadas en la versión final, como la presentación de Otto y su escuadrón suicida (sí que se conserva la última aparición del escuadrón suicida, que parece más surrealista de lo que originalmente era al no saberse quiénes son o de dónde han salido). No puedo dejar sin mencionar también la espectacular y memorable escena musical de Always look at the bright side of life, por supuesto, broche de oro a esta obra maestra.

 

2- El padrino (1972)

Es difícil, si no imposible, decir algo de El padrino que no se haya dicho ya. Así que no creo que mi crítica aporte nada nuevo en absoluto, pero bueno, por haber una opinión más reafirmando lo que viene a ser un consenso social bastante importante: que el propio Mario Puzo trabajara con Coppola probablemente fue un ingrediente imprescindible para hacer una obra maestra. La interpretación de Marlon Brando, impecable. La de Al Pacino, otro tanto. La icónica banda sonora de Nino Rota, también. Creo que merece un 10, sí.

 

1- La naranja mecánica (1971)

Stanley Kubrick dirige la mejor película que se ha rodado sobre la ética. Gente buena, gente mala, gente que aparenta ser buena y es mala, gente que aparenta ser mala y es buena, gente buena que hace el mal, gente mala que hace el bien, gente mala obligada a hacer el bien y gente buena obligada a hacer el mal. Cualquier postura ética se ve representada a lo largo de esta película, y es acompañada, por supuesto, por la estética de Alex, que ha pasado a la historia. Su único defecto –exceptuando quizás la censura, pero no es culpa del reparto que no se puedan mostrar en el cine escenas tan crudas como las del libro- es que Kubrick adaptara una edición defectuosa de la novela de Burgess, a la que le faltaba el último capítulo. Si alguien ha leído el libro, sabrá que el último capítulo pega un giro de guión enorme a toda la historia, y lo finaliza con un broche de oro. Si este capítulo hubiese sido adaptado, la película sería aún más buena. Y ya es decir.