Hoy voy a hacer algo especial, y
voy a hablar de fútbol. Algo un tanto curioso, considerando que no tengo ni
puta idea sobre dicho deporte, pero eh, el mundo está lleno de gilipollas que
no saben de qué hablan, así que por qué no.
Se trata de la politización del
fútbol. Eso que pasa cuando juegan el Barça y el Real Madrid, pitidos al himno
incluidos. Hay muchas quejas en torno a esto, y se suele decir que los
aficionados que ven política en el fútbol ensucian el deporte, que es lo que
cuenta.
La cuestión es que a mí me da la
sensación de que la mayor politización del fútbol no viene de los aficionados,
ni siquiera de los fans de Artur Mas. La politización del fútbol viene por
parte de las instituciones encargadas del fútbol.
¿Jugar la Copa de Su Majestad el Rey no
es politización del fútbol?
¿Jugar la
Liga BBVA no es politización del fútbol?
¿Que los clubs futbolísticos se
usen para blanquear dinero no es politización del fútbol?
¿Que el Gobierno haga coincidir
los recortes con el Mundial para que la gente proteste menos no es politización
del fútbol?
¿El mercado de fichajes no es
politización del fútbol?
¿Que todos los límites del campo
estén marcados por vallas publicitarias anunciando a las compañías que más
dinero pueden pagar no es politización del fútbol?
¿Que las camisetas reglamentarias
de los jugadores estén repletas de aún más publicidad, a menudo con letras más
grandes incluso que el símbolo del equipo, no es politización del fútbol?
Tal vez sería prudente no mirar
tanto la paja en el ojo ajeno, cuando el problema viene de una dirección
totalmente distinta.
En cualquier caso, supongo que si
me gustase el fútbol llevaría una bufanda de “Odio al fútbol moderno” a todos
los partidos. Mientras tanto, qué sabré yo.
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