Empiezo una serie de microrrelatos que iré publicando cada cierto tiempo. Tratan de varios temas, y los he englobado bajo el título de microrrelatos punk. Creo que lo único que tendrán en común son las que me parecen las 3 características del punk: cagarse en todo, tono sarcástico y un estilo sencillo que podría usar cualquiera.
Érase una vez un grupo de matones. Estos chicos pasaban
buena parte de su tiempo pegando a los niños más pequeños, casi siempre para
robarles el almuerzo, a veces por diversión, ¿o quién sabe por qué? Los niños
son así. A veces también se pegaban entre ellos –la mayoría de las veces, por
supuesto, la pelea se iniciaba con una discusión sobre quién se quedaba el
almuerzo de cada niño más débil-.
Un buen día, los matones decidieron hacer las paces entre
ellos. No se pelearían nunca y, además, podrían unir sus fuerzas para ir todos
juntos a por los niños más pequeños y robarles más y mejor, y darles palizas
más fuertes aún.
Una profesora, que lo vio todo, decidió que era maravilloso que
ya no se peleasen entre ellos aunque diesen palizas a los débiles, así que les
dio un premio muy importante por portarse tan bien y ser tan buenos.
Y ésta es la historia de cómo la Unión Europea ganó el Premio
Nobel de la Paz. Otro
día pasaremos a Obama.
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