domingo, 11 de mayo de 2014
-¡Arrepiéntete, Arlequín!-dijo el Sr. Tic-Tac
Un fragmento del relato del mismo nombre de Harlan Ellison, que en sólo 8 páginas se convierte en uno de mis relatos favoritos y fuente de inspiración de obras como V de Vendetta o In Time -que más bien es un plagio directo, pero bueno-.
Un dietario. Día por día, uno por página. 9.00: abrir la correspondencia. 9.45: cita con la comisión de planificación. 10.30: analizar con J.L. los diagramas de progreso en la
instalación. 11.45: orar para que llueva. 12.00: almuerzo. Etcétera, etcétera.
“Lo siento, señorita Grant, pero la hora para las entrevistas se fijó a las 14.30, y ya son casi las cinco. Lamento que se haya retrasado, pero así son las reglas. Tendrá que esperar hasta el próximo año para poder presentar la solicitud de ingreso en este colegio.” Etcétera, etcétera.
El tren local de las 10.10 tiene paradas en Cresthaven, Galesville, Tonawanda Junction, Selby y Farnhurst, pero no en Indiana City, Lucasville y Colton, salvo los domingos. El expreso de las 10.35 para en Galesville, Selby e Indiana City, salvo los domingos y festivos, días en los cuales para en… Etcétera, etcétera.
“No pude esperarte, Fred. Tenía que estar en casa de Pierre Cartain a las 15.00, y tú dijiste que nos encontraríamos bajo el reloj de la terminal a las 14.45. Como no estabas allí, me fui. Siempre llegas tarde, Fred. Si hubieras estado a la hora convenida, habríamos podido arreglar el asunto juntos, pero como no llegaste a tiempo, pues… tuve que hacer el encargo sólo a mi nombre…” Etcétera, etcétera.
“Queridos Sr. Y Sra. Atterley: Con referencia a la constante impuntualidad de su hijo Gerold, nos vemos en la obligación de expulsarlo de la escuela a menos que pueda instaurarse algún método más riguroso para asegurar que llegue a sus clases a la hora debida. Dado que es un estudiante ejemplar y que sus notas son altas, su constante alteración de los programas y horarios nos impide mantenerlo en un sistema donde los demás niños parecen capaces de llegar a donde deben con puntualidad, y etcétera, etcétera.”
NO PODRÁ VOTAR SI NO SE PRESENTA A LAS 8.45.
“¡No me importa que el guión sea bueno! ¡Lo necesito el jueves!”
HORARIO DE SALIDA: 14.00.
“Ha llegado usted tarde. El empleo está ya ocupado. Lo siento.”
SE HAN DESCONTADO DE SU SUELDO VEINTE MINUTOS DE TIEMPO PERDIDO.
“¡Dios mío! ¡Qué tarde se ha hecho, tengo que salir pitando!”
Etcétera. Etcétera. Etcétera. Etcétera cétera cétera tera tera tic tac tic tac tic tac hasta que llegue el día en que el tiempo ya no está a nuestro servicio, sino que nosotros comenzamos a servir al tiempo, a ser esclavos de los horarios, pastores del paso del sol por el firmamento, sujetos a una vida tejida en torno de restricciones porque el sistema no funciona si no respetamos los programas como corresponde.
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