Pongo 4 citas de Kropotkin que siempre me han parecido enormes. Especialmente la tercera, creo que hay mucho que reflexionar sobre ella.
Nosotros, los anarquistas, no tememos renunciar al juez
ni a la condena. No tememos declarar ‘haz lo que quieras y como quieras',
porque estamos convencidos de que la inmensa mayoría de los hombres, a medida
que se eduquen y se quiten de encima las actuales trabas, actuarán siempre en
una dirección útil a la sociedad.
La literatura, la ciencia y el arte deben ser servidos
por voluntarios. Solo con esa condición conseguirán liberarse del yugo del
Estado, del capital y de la mediocridad burguesa que los ahoga.
El exceso de trabajo repugna a la naturaleza humana, pero
no el trabajo. El exceso de trabajo para proveer a una minoría los lujos, pero
no el trabajo que origina el bienestar de todos. El trabajo, la labor, es una
necesidad psicológica; la necesidad de gastar la energía física acumulada; una
necesidad que es en sí la salud y la vida. Si tantas clases de trabajo útil son
hechas ahora de mala gana, es únicamente porque imponen un exceso de trabajo o
no están bien organizadas. Nosotros sabemos -el viejo Franklin lo sabía
también-, que cuatro horas de trabajo útil por día son más que suficientes para
que todo el mundo pueda gozar del bienestar de una casa, de una familia
verdaderamente acomodada de la clase media, si todos nosotros nos dedicáramos a
un trabajo productivo y no derrochásemos nuestras fuerzas productivas, como
hacemos ahora. En cuanto a la cándida cuestión que desde unos cincuenta años se
viene sosteniendo de ¿quién hará el trabajo desagradable?, yo lamento
francamente que ninguno de nuestros sabios se haya visto obligado a hacerlo,
aunque fuera tan solo por un día. Si hay todavía trabajo que es desagradable en
sí, es únicamente porque nuestros científicos no han querido pensar en los
medios para hacerlo menos desagradable; han sabido siempre que había una
multitud de hambrientos que harían aquellos trabajos por unos cuantos céntimos
al día.
La historia del pensamiento humano es similar a las
oscilaciones del péndulo. Luego de un largo periodo de sueño ocurre un
despertar y entonces se libera de las cadenas con las que los gobernantes,
magistrados y clérigos la habían atado. Critica severamente lo que se le
enseñara y desnuda la vanidad de los prejuicios religiosos, políticos legales y
sociales. Investiga, va por caminos desconocidos, hace ricos descubrimientos
imprevistos y crea nuevas ciencias.
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