En una época, España era el país
más importante del mundo. Se ganó ese puesto a base de conquistar, saquear y
explotar cada territorio que encontró. Tomando territorios en casi toda Europa
y casi toda América, en África, en Asia, en Oceanía, bajo el signo de la Cruz. Robando oro, plata, seda
o porcelana; prendiendo fuego a tipis, violando a niñas.
Es curioso. Son precisamente los
que recuerdan aquellos días con añoranza los que han convertido ahora a España
en el hazmerreír de todo el mundo, en un país de pandereta, millonarios y no
tan millonarios corruptos, telebasura y padres rebuscando en la basura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario