miércoles, 17 de septiembre de 2014

Reflexiones chorras: Podemos



El tema últimamente es Podemos, está claro. La sorpresa de haber conseguido 5 escaños en las elecciones europeas ha hecho que todo el mundo reaccione de una manera u otra.

Tengo especial interés en las críticas mínimamente inteligentes. Por supuesto, cualquiera que piense que Podemos es una tapadera de ETA, que es un plan malvado para destruir España o cualquier gilipollez semejante ideada por el PP, puede dejar de leer ahora mismo este artículo. Probablemente encuentre más interesante el libro del Rubius o la biografía de Belén Esteban, incluso puede leer a Pío Moa o Hermann Tertsch si quiere dárselas de culto.

Entrando ya en las críticas que sobrepasan cierto nivel intelectual, las más frecuentes se refieren, o bien al populismo que ha levantado Pablo Iglesias con argumentos muy poco elaborados –aunque ciertos-, o bien a la acusación de reformistas. Es decir, no son lo bastante radicales.

No soy de Podemos, ni me pagan por defenderles ni nada, ni me parecen la panacea o la solución a todos los problemas de España. Mi actitud es de apoyo escéptico. Así que intentaré contestar a las críticas bajo mi perspectiva, pero primero tendré que entrar a definir lo que creo que es Podemos.

“Explícale a un obrero qué es el comunismo y estará de acuerdo contigo, siempre y cuando no menciones la palabra comunismo.” No recuerdo dónde leí esto, pero creo que todo gira en torno a esta frase.

Podemos, efectivamente, no se define a sí mismo como izquierda. Leyendo su programa electoral, parece bastante evidente que sí es de izquierdas. Podemos consiste en venderle ideas de izquierdas a gente demasiado acomplejada para admitir que son de izquierdas, y éste es el gran mérito de Pablo Iglesias.

Está claro que la mayoría de la gente tiene, al menos, una gran cantidad de ideas de izquierdas. Por mencionar una prueba obvia al azar: el PP ganó las elecciones generales de 2011 con un programa prácticamente de izquierdas. Sanidad pública, educación pública, generar empleo, oportunidades para todos, garantía de ayudas sociales, etc. Que un partido claramente de derechas use tantas ideas de izquierdas en su programa sólo significa una cosa: que la mayoría de sus votantes no eran de derechas, como ellos pensaban y como muchos seguramente sigan pensando. Simplemente eran gilipollas engañados.

Ahora la cuestión es: ¿cómo tratas con millones de personas que afirman ser de derechas, pero quieren educación pública, sanidad pública, el fin de la corrupción, ayudas sociales, más empleos con buenas condiciones, etc? ¿Diciéndoles que eres comunista para que salgan corriendo a volver a votar al PP? Nah, con populismo y con medias verdades. Al menos Pablo Iglesias parece creer que es la única forma.

El revolucionario más radical, claro, preferirá instruir a la gente. Es probable que si alguien se lee las obras completas de Marx, Engels, Bakunin, Kropotkin y Lenin desarrolle un espíritu revolucionario impresionante, una gran cultura y una formación que evitará todo tipo de engaño.

Lo que me interesa saber aquí es si el revolucionario más radical cree que todas y cada una de las personas que formaban la masa que exterminó a los zares eran así de cultos. O los antifascistas de la Guerra Civil española. O los revolucionarios cubanos.

Dicho de otra forma: tenemos que valorar cómo de extraña resulta la idea de que en el mundo siempre, al menos a muy largo plazo, va a haber borregos. Y una vez pensado esto, tenemos que valorar si es más útil que los borregos voten a la derecha o que voten a la izquierda.

Y esto es lo que pienso sobre el populismo de Podemos. Sobre el reformismo, pues sólo me queda plantear una pregunta, la verdad: mientras la revolución verdadera, así a lo grandioso, llega, ¿preferís ser gobernados por el PP o por Podemos? Porque yo lo tengo claro.

3 comentarios:

  1. Yo no quiero ser gobernado por ninguno de los dos. El hecho de que existan y vayan a existir siempre borregos, no me inclina lo más mínimo a aceptar la obligación de tener que ser gobernado por unos ni por otros.
    Y mi postura no es por una cuestión de radicalidad, ni de pureza revolucionaria. También lo tengo claro: tan sólo ansío la libertad, la máxima libertad posible, así que mis andazas seguirán el camino de tratar de ir construyendo espacios en los que el gobierno no sea capaz de intervenir.
    Un saludo.

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  2. Te entiendo. Sin embargo, la obligación de ser gobernado por unos o por otros la tienes de toda manera; aunque no votes, seguirás viviendo en un país gobernado por alguien.
    Lo que no quita que también aprecie tu intención de construir espacios en los que el gobierno no sea capaz de intervenir, ojo. Las comunas anarquistas, ecoaldeas y cosas semejantes me interesan mucho.

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    Respuestas
    1. Curioso, no conocía la mayoría de éstas, gracias por la información.

      Los bitcoins, que son los que mejor conozco, me parece que los van a poder usar las multinacionales para su beneficio tranquilamente, si es que no lo están haciendo ya, por ejemplo Google. Al menos, puede convertirse en una moneda libre de deudas, eso ya es un avance con respecto a los bancos centrales y el FMI.

      En todo caso, sí, espero que estas monedas tampoco puedan ser controladas por Podemos, evitaría una tentación.

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