Un extracto de Transmetropolitan en el que Spider Jerusalem plantea una bonita metáfora sobre las desventajas de las elecciones democráticas, en las que el voto de todos esos cabrones y gilipollas que nos rodean vale lo mismo que el tuyo.
Imagina que estás encerrado en un enorme club nocturno subterráneo lleno de pecadores, putas, frikis y cosas innombrables que se follan pitbulls por diversión. Y no te permiten salir hasta que votes sobre lo que harás esta noche.
Tú quieres repantingarte y mirar Reserva del Partido Republicano. Les gusta practicar sexo con gente normal usando cuchillos, armas y novedosos órganos sexuales que ni siquiera sabías que existían.
Así que tú votas por la televisión y todos los demás, o al menos todos los que tú ves, optan por follarte con navajas automáticas.
Eso es votar. De nada.
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