jueves, 2 de octubre de 2014

Top 20 películas (#10 - #1)



Vale, esto es más bien un top 10, pero porque venimos de aquí.

10- El lado oscuro del corazón (y 2)


Aquí está de nuevo Eliseo Subiela, esta vez no por ser plagiado, sino por su propia obra. La poesía hecha cine, de manera impresionante. Si alguien se pasa el día leyendo a Benedetti, debería poner esta película en el primer puesto; y su secuela también. Todos los recursos de la poesía son adaptados a otro medio conservando su efectivad, por impresionante que resulte: el amor, la Muerte, todo tipo de metáforas (la cama que se hunde, la entrega del corazón)… toda la poesía es resumida aquí. Y, por supuesto, Oliverio deja una cantidad ingente de citas, no todas de su propia cosecha.

9- Trainspotting

 
Uno de los mejores comienzos de película que he visto nunca, sino el que más. El discurso inicial, el conocido “Elige la vida”, ya de por sí podría hacer que Trainspotting entrara en el top 20. Adaptación de una novela, sí, pero con suficientes recursos cinematográficos como para que no se note. La escena del WC, los personajes, las recaídas…

8- El padrino (y 2, y 3)

 
Coppola y Mario Puzo consiguen hacer una obra maestra, y así será recordada. Creo que la trilogía entera es imprescindible para entender todo. La música de Nino Rota, la interpretación de Marlon Brando, la evolución del personaje de Michael Corleone, el juego visual con las naranjas, la oración en la barca o las vendettas, son cosas que hablan por sí solas. La saga se queda coja a falta de una cuarta película, cuyo guión quedó a medias, que habría estado dividida en una historia presente y otra en flashback –igual que la segunda-, contando el origen y la caída de los Corleone; es decir, el ascenso de los Corleone al poder contando con Sonny como protagonista, y la destrucción total de la familia debido a los negocios con la droga en los que la mete Vincent Mancini. Con todo, como trilogía, sigue siendo excelente.

7- La vida de Brian


Para mí, el máximo exponente del cine de humor. Los Monty Python ya tienen suficiente reputación como para no tener que insistir en ello. Desde el surrealismo de los créditos iniciales a cargo de Terry Gilliam hasta el enorme final con Always look at the bright side of life, pasando por escenas como la lapidación o Pijus Magnificus.

6- Sweeney Todd

 
Y aquí mi debilidad. Digo debilidad porque entre tanta obra maestra reconocida por la crítica más exigente, Sweeney Todd parece encajar de manera un poco forzada. No es considerada una película “seria”, vaya. Pero lo bien hilada que está la historia, algunos de los personajes más carismáticos que nunca he visto en el cine y la excelente ambientación, me hacen ponerla muy arriba del top 20. Gran trabajo de Tim Burton, Johnny Depp y Helena Bonham-Carter; aunque creo que la mayor parte del mérito hay que dársela a Stephen Sondheim, el compositor del musical original. La manera en la que cada canción es presentada para luego fundirse todas en la escena final es sublime.

5- Easy rider

 
Dos motos perdiéndose en el horizonte americano, con Born to be wild sonando de fondo. Dennis Hopper muestra un viaje realista, inconexo, que no tiene detrás de sí una gran trama, pero sí una gran moraleja: puedes elegir vivir libre, pero tienes que pagar un precio. Mención aparte merece la escena del cementerio, viaje de LSD que se convierte en uno de los más míticos del cine, sino el que más.

4- Pulp Fiction


Quentin Tarantino es cutre. Es, de hecho, el máximo exponente de la cutrez. Y ha sabido convertir la cutrez en una obra de arte. John Travolta bailando con Uma Thurman. Samuel L. Jackson leyendo la Biblia. Bruce Willis emprendiendo una cruzada para recuperar el reloj que su padre escondía en su culo. Harvey Keitel solucionando problemas. Pulp Fiction es una sucesión de escenas cutres e increíblemente buenas. Cuatro historias (bueno, tres y media) entrelazadas, totalmente disparatadas, pero de gran calidad.

3- Martín (H)

 
Llegamos a lo que para mí es el drama por excelencia. Una película triste, para pensar y emocionarse. Pero para pensar mucho. El discurso de las patrias está bien, pero cada palabra que sale de la boca de Dante es una maravilla. Por supuesto, esto llega a su punto álgido en el discurso sobre el sexo: “Yo hago el amor con las mentes, Hache. Hay que follarse a las mentes”. Muy conseguido también el tratamiento que se da a las drogas a lo largo de la película. Hollywood parece haber asumido que si hay drogas de por medio tienen que generar exclusión social o tiroteos o cosas por el estilo; en la vida real, no siempre es así.

2- La naranja mecánica


Stanley Kubrick vuelve a la lista con la mejor película que se ha rodado sobre la ética. Gente buena, gente mala, gente que aparenta ser buena y es mala, gente que aparenta ser mala y es buena, gente buena que hace el mal, gente mala que hace el bien, gente mala obligada a hacer el bien y gente buena obligada a hacer el mal. Cualquier postura ética se ve representada a lo largo de esta película, y es acompañada, por supuesto, por la estética de Alex, que ha pasado a la historia. Su único defecto –exceptuando quizás la censura, pero no es culpa del reparto que no se puedan mostrar en el cine escenas tan crudas como las del libro- es que Kubrick adaptara una edición defectuosa de la novela de Burgess, a la que le faltaba el último capítulo. Si alguien ha leído el libro, sabrá que el último capítulo pega un giro de guión enorme a toda la historia, y lo finaliza con un broche de oro. Si este capítulo hubiese sido adaptado, la película sería aún más buena. Y ya es decir.

1- El club de la lucha


Y llegamos al primer puesto. David Fincher, Brad Pitt, Edward Norton (otra vez) y Helena Bonham-Carter (otra vez). Nihilismo y anarcoprimitivismo se dan la mano en una crítica totalmente destructiva a la vida moderna. Una primera parte de depresión, una segunda parte de club de la lucha –mucho más violenta- y una tercera parte de terrorismo y acción, de lucha contra el sistema. Las tres siguen un desarrollo tan lógico y se complementan tan bien que se convierte en una sola crítica continuada. Tyler Durden es uno de los personajes más carismáticos que ha visto el cine, y sus discursos están llenos de citas para enmarcar. Los trucos visuales –desde mensajes subliminales hasta mostrar los precios de los muebles de la casa del protagonista, como si de un catálogo se tratase- son terriblemente efectivos. Dado que es inevitable comparar con el libro, hay que decir que en lo único que sale ganando éste es en un tratamiento más profundo de Marla, que se convierte en un personaje mucho más interesante. Sin embargo, algunas escenas de la película, y sobre todo el final, superan a la obra en la que se inspiran. Imprescindible.

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