Vale, esto es más bien un top 10, pero porque venimos de aquí.
10- El lado oscuro del corazón (y 2)
Aquí está de nuevo Eliseo
Subiela, esta vez no por ser plagiado, sino por su propia obra. La poesía hecha
cine, de manera impresionante. Si alguien se pasa el día leyendo a Benedetti,
debería poner esta película en el primer puesto; y su secuela también. Todos
los recursos de la poesía son adaptados a otro medio conservando su efectivad,
por impresionante que resulte: el amor, la Muerte, todo tipo de metáforas (la cama que se
hunde, la entrega del corazón)… toda la poesía es resumida aquí. Y, por
supuesto, Oliverio deja una cantidad ingente de citas, no todas de su propia
cosecha.
9- Trainspotting
Uno de los mejores comienzos de
película que he visto nunca, sino el que más. El discurso inicial, el conocido
“Elige la vida”, ya de por sí podría hacer que Trainspotting entrara en el top
20. Adaptación de una novela, sí, pero con suficientes recursos
cinematográficos como para que no se note. La escena del WC, los personajes,
las recaídas…
8- El padrino (y 2, y 3)
Coppola y Mario Puzo consiguen
hacer una obra maestra, y así será recordada. Creo que la trilogía entera es
imprescindible para entender todo. La música de Nino Rota, la interpretación de
Marlon Brando, la evolución del personaje de Michael Corleone, el juego visual
con las naranjas, la oración en la barca o las vendettas, son cosas que hablan
por sí solas. La saga se queda coja a falta de una cuarta película, cuyo guión
quedó a medias, que habría estado dividida en una historia presente y otra en
flashback –igual que la segunda-, contando el origen y la caída de los
Corleone; es decir, el ascenso de los Corleone al poder contando con Sonny como
protagonista, y la destrucción total de la familia debido a los negocios con la
droga en los que la mete Vincent Mancini. Con todo, como trilogía, sigue siendo
excelente.
7- La vida de Brian
Para mí, el máximo exponente del
cine de humor. Los Monty Python ya tienen suficiente reputación como para no
tener que insistir en ello. Desde el surrealismo de los créditos iniciales a
cargo de Terry Gilliam hasta el enorme final con Always look at the bright side
of life, pasando por escenas como la lapidación o Pijus Magnificus.
6- Sweeney Todd
Y aquí mi debilidad. Digo
debilidad porque entre tanta obra maestra reconocida por la crítica más
exigente, Sweeney Todd parece encajar de manera un poco forzada. No es
considerada una película “seria”, vaya. Pero lo bien hilada que está la historia,
algunos de los personajes más carismáticos que nunca he visto en el cine y la
excelente ambientación, me hacen ponerla muy arriba del top 20. Gran trabajo de
Tim Burton, Johnny Depp y Helena Bonham-Carter; aunque creo que la mayor parte
del mérito hay que dársela a Stephen Sondheim, el compositor del musical
original. La manera en la que cada canción es presentada para luego fundirse
todas en la escena final es sublime.
5- Easy rider
Dos motos perdiéndose en el
horizonte americano, con Born to be wild sonando de fondo. Dennis Hopper
muestra un viaje realista, inconexo, que no tiene detrás de sí una gran trama,
pero sí una gran moraleja: puedes elegir vivir libre, pero tienes que pagar un
precio. Mención aparte merece la escena del cementerio, viaje de LSD que se
convierte en uno de los más míticos del cine, sino el que más.
4- Pulp Fiction
Quentin Tarantino es cutre. Es,
de hecho, el máximo exponente de la cutrez. Y ha sabido convertir la cutrez en
una obra de arte. John Travolta bailando con Uma Thurman. Samuel L. Jackson
leyendo la Biblia. Bruce
Willis emprendiendo una cruzada para recuperar el reloj que su padre escondía
en su culo. Harvey Keitel solucionando problemas. Pulp Fiction es una sucesión
de escenas cutres e increíblemente buenas. Cuatro historias (bueno, tres y
media) entrelazadas, totalmente disparatadas, pero de gran calidad.
3- Martín (H)
Llegamos a lo que para mí es el
drama por excelencia. Una película triste, para pensar y emocionarse. Pero para
pensar mucho. El discurso de las patrias está bien, pero cada palabra que sale
de la boca de Dante es una maravilla. Por supuesto, esto llega a su punto
álgido en el discurso sobre el sexo: “Yo hago el amor con las mentes, Hache.
Hay que follarse a las mentes”. Muy conseguido también el tratamiento que se da
a las drogas a lo largo de la película. Hollywood parece haber asumido que si
hay drogas de por medio tienen que generar exclusión social o tiroteos o cosas
por el estilo; en la vida real, no siempre es así.
2- La naranja mecánica
Stanley Kubrick vuelve a la lista
con la mejor película que se ha rodado sobre la ética. Gente buena, gente mala,
gente que aparenta ser buena y es mala, gente que aparenta ser mala y es buena,
gente buena que hace el mal, gente mala que hace el bien, gente mala obligada a
hacer el bien y gente buena obligada a hacer el mal. Cualquier postura ética se
ve representada a lo largo de esta película, y es acompañada, por supuesto, por
la estética de Alex, que ha pasado a la historia. Su único defecto –exceptuando
quizás la censura, pero no es culpa del reparto que no se puedan mostrar en el
cine escenas tan crudas como las del libro- es que Kubrick adaptara una edición
defectuosa de la novela de Burgess, a la que le faltaba el último capítulo. Si
alguien ha leído el libro, sabrá que el último capítulo pega un giro de guión
enorme a toda la historia, y lo finaliza con un broche de oro. Si este capítulo
hubiese sido adaptado, la película sería aún más buena. Y ya es decir.
1- El club de la lucha
Y llegamos al primer puesto.
David Fincher, Brad Pitt, Edward Norton (otra vez) y Helena Bonham-Carter (otra
vez). Nihilismo y anarcoprimitivismo se dan la mano en una crítica totalmente
destructiva a la vida moderna. Una primera parte de depresión, una segunda
parte de club de la lucha –mucho más violenta- y una tercera parte de
terrorismo y acción, de lucha contra el sistema. Las tres siguen un desarrollo
tan lógico y se complementan tan bien que se convierte en una sola crítica
continuada. Tyler Durden es uno de los personajes más carismáticos que ha visto
el cine, y sus discursos están llenos de citas para enmarcar. Los trucos
visuales –desde mensajes subliminales hasta mostrar los precios de los muebles
de la casa del protagonista, como si de un catálogo se tratase- son
terriblemente efectivos. Dado que es inevitable comparar con el libro, hay que
decir que en lo único que sale ganando éste es en un tratamiento más profundo
de Marla, que se convierte en un personaje mucho más interesante. Sin embargo,
algunas escenas de la película, y sobre todo el final, superan a la obra en la
que se inspiran. Imprescindible.
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