miércoles, 29 de octubre de 2014

Reflexiones chorras: The Wire y la ética



Si The Wire es mi serie favorita, creo que el principal motivo es el realismo extremo. Todos los personajes o bien se interpretan a sí mismos o bien interpretan a una persona real, y a lo largo de cinco temporadas el realismo se aplica a todo: tiroteos como deben ser, número de muertos como deben ser, la policía actúa como en la vida real (ni son héroes dispuestos a salvar el mundo ni son todos corruptos, sólo son funcionarios que intentan trabajar lo menos que pueden)… Y me parecía interesante comentar que el realismo se aplica también a la ética.

A partir de aquí, spoilers por todos los lados, yo aviso.

En The Wire, todos los personajes tienen muchos matices morales y es difícil saber quiénes son los buenos y quiénes los malos, aunque entre los espectadores se han alzado dos héroes bastante por encima de todos los demás: Jimmy McNulty y Omar Little. En cualquier caso, utilizando mi propia ética y asumiendo que concuerda hasta cierto punto con la de todo el mundo, creo que los personajes se pueden dividir en tres categorías.

Están los buenos, los malos listos y los malos tontos. Claro que también hay buenos listos y tontos (el entrañable Bubbles), pero al fin y al cabo da igual; los buenos listos ven venir su final y aún así siguen encabezados en ello, es lo que tiene ser bueno, que tienes responsabilidades que asumir.

Al igual que en la vida real, y de forma muy innovadora (porque es muy poco frecuente que los buenos pierdan, y todavía más que los malos ganen y salgan indemnes), el final de los personajes se puede deducir por la categoría a la que pertenecen. Habiendo, por supuesto, varias excepciones, como en la vida real.

-Malos listos: Éstos son los que ganan, siempre. Son los que nos gobiernan, los que están por encima de nosotros y nos mean encima porque pueden hacerlo. Marlo, Rawls y sobre todo el hijo de puta de Clay Davis (sheeeeeeeeeit).

-Buenos: Acaban mal. En esta vida, siendo honrado no puedes llegar muy lejos, pero bueno, lo bastante como para que merezca la pena. Bunny Colvin acabó siendo repudiado por sus superiores, pero al menos consiguió trabajo en el ámbito educativo. Bubbles es otro ejemplo muy similar, lo pasa muy mal pero consigue salir de la heroína. Tampoco se puede decir que McNulty y Lester acaben bien, y desde luego peor que policías ligeramente menos dispuestos a hacer el bien, como Bunk o Kima. D’Angelo u Omar acaban todavía peor, y si Bodie pertenece a esta categoría, también. Luego está Prez, que además de bueno es tonto, y está claro que la caga más de una vez.

-Malos tontos: Oh, éstos sí que acaban mal. Si eres malo, tienes que ser listo; sino, no llegas a ningún lado. La serie está llena de este tipo de personajes: la gente que trabaja para Barksdale, los que trabajan para Marlo, algunos trabajadores del puerto… Creo, de todas formas, que el mejor ejemplo es Stringer Bell: empieza siendo listo (estamos hablando de un gangsta que toma clases de economía para gestionar su pequeño imperio de tráfico de drogas), pero después se descubre que no tiene madera de jefe, y la caga. La caga mucho. Le están puteando a la vez la policía, Clay Davis, Avon Barksdale, Omar y Mouzone, y sobrevivir a un ataque a 5 bandas no es fácil.

Así que ya sabéis. No seáis malos listos que son muy cabrones y los odio mucho, pero, sobre todo, no seáis malos tontos.

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