miércoles, 22 de agosto de 2018

Drogas. Datos importantes que la gente no suele saber. 1: Marihuana


Bien, pues empecemos con esto. En este caso vamos a hablar del cannabis en general, y el segundo capítulo irá dedicado para uno de los preparados del cannabis: el hachís, que tiene historia y datos como para merecer un capítulo por sí mismo. Pese a ser la droga ilegal más consumida en prácticamente todo el mundo, existen muchas falsas creencias y mitos en torno a la marihuana. ¿Existe la sobredosis, y el síndrome de abstinencia? ¿Por qué da positivo en los tests semanas después? ¿Te vuelve menos inteligente? ¿Produce esquizofrenia? ¿Por qué da hambre? ¿Cómo es de peligrosa?

Esto empieza a raíz del tweet de la Guardia Civil que tiene un mapa inventado que no se corresponde con la realidad y me parece feo que el dinero de nuestros impuestos se utilice para difundir datos falsos. Que están por todas partes.


Como la marihuana y su consumo se conocen desde hace 5000 años, sabemos muchas cosas sobre ella y esto no debería pasar. Vamos allá.
La marihuana o cannabis se suele consumir en forma de cogollos, hachís o aceite. Cogollos o hachís se suelen fumar, aunque también se pueden ingerir y preparar para ello (en infusiones, pasteles, etc). Insisto en que el hachís se tratará en el capítulo siguiente (click aquí para ahorraros el buscarlo)

En un exceso de originalidad, los compuestos presentes en el cannabis se llamaron cannabinoides. Los principales son THC, THCV, CBD, CBN, CBC y CBL. Pero el principal con diferencia es el primero, el THC o delta-9-tetrahidrocannabinol. Centrémonos en ése, porque, además de ser el principal, los demás tienen efectos muy parecidos, así que no hay mucho que contar. Sí pueden provocar pequeñas variaciones en el efecto: p.e, la marihuana con más CBD produce algo más de somnolencia. El CBN depende también de lo fresca que esté la marihuana: cuanto más tiempo tenga la marihuana, más proporción de CBN habrá, según se vaya secando.

También hay que decir que, a partir de estos compuestos, en laboratorios se puede probar a diseñar sustancias parecidas: es decir, cannabinoides sintéticos. Éstos los trato en otro hilo junto a otras drogas de diseño.

Fumado, el THC llega al cerebro aproximadamente 14 segundos después de dar una calada. Sus efectos son bastante conocidos, no nos centremos en ellos porque la gracia de estos textos es dar datos menos conocidos, pero ya sabéis: aturdimiento, placer, maximizar las emociones que se sienten en ese momento, alucinaciones en dosis altas, etc. Se entiende mejor viendo dónde están los receptores cannabinoides: es decir, qué partes del cerebro pueden verse afectadas por el THC. Los receptores CB2 se encuentran principalmente en el sistema linfático, y el mapa de los receptores CB1 que la GC debería haber puesto es éste:


Puesto así suena un poco a neurología intermedia, pero es fácil de entender. Fijaos por ejemplo en que las funciones vitales dependen del tronco encefálico, situado en la nuca (por eso un golpe en la nuca mata fácilmente, claro). Allí no hay receptores cannabinoides. Si hubiera receptores cannabinoides en el tronco encefálico, como decía el tweet ése de la Guardia Civil, las funciones vitales se verían alteradas por el consumo de marihuana. Pero no es así: por eso una sobredosis de marihuana nunca es letal, aunque pueda hacerte mierda.

Aunque sus efectos intuitivamente parezcan indicar lo contrario, en realidad el THC aumenta la actividad cerebral. Por eso, el cerebro necesita consumir más glucosa como combustible. Después tu cuerpo pedirá reponer esa glucosa (a pesar de que realmente no se haya consumido mucha más, pero el cerebro es engañado): por eso te entrará hambre de algo dulce. De la misma forma, el síntoma desagradable más común de la marihuana es producir un bajón de azúcar por este mismo motivo, claro, porque hace que el cerebro consuma más glucosa.

¿Y qué pasa después con el THC? El pico de los efectos se produce en unos minutos. Después se elimina a través de la grasa. Esto es importante, puede tener unas cuantas consecuencias. ¿Qué diferencia hay entre una droga que se elimina a través de la orina o de la grasa? La velocidad, claro. 

El cuerpo produce y elimina orina a suficiente velocidad como para expulsar todo rastro de droga en unas horas, como es el caso del alcohol. La grasa permanece semanas. Por eso se puede dar positivo en un test de THC mucho tiempo después del consumo. De hecho, en tests más precisos y en pelo, se puede ver un solo consumo de THC que haya tenido lugar hace varios años. Esto es un problema legal gordo: si te hacen un test en carretera no hay forma de saber si acabas de fumar un porro o lo hiciste hace dos semanas. Por situarlo en actualidad, no hace ni un mes antes de que escribiera este hilo (a principios de año), la prensa aprovechaba esta circunstancia para cargar contra un concejal de la CUP. ¿Conducía realmente bajo los efectos de la marihuana? No hay forma de saberlo. Estadísticamente es hasta más probable que no.


Hay otra consecuencia: al permanecer tanto tiempo el THC en el organismo, es probable que éste sea el motivo de que no se encuentre un síndrome de abstinencia físico a la marihuana. La existencia absoluta de este mono es más discutible. Sí que existe una sintomatología muy leve en personas que dejan de consumir marihuana de forma muy brusca: irritabilidad, pérdida de apetito, insomnio, etc. Parece ser puramente psicológica, al contrario que la mayoría de cuadros de abstinencia de las drogas. Aún no sabemos fijo.

El THC también está ligado a peor rendimiento escolar. Aunque pueda haber factores enmascarados, sabemos que empeora la memoria a corto plazo; esto parece ser sólo durante su consumo y no dejar efectos permanentes. Digamos que "duerme" las neuronas. Al igual que otras drogas alucinógenas, puede actuar como precipitante de la esquizofrenia, o eso parece. Es decir, no produce esquizofrenia, pero precipita su aparición en personas genéticamente predispuestas para ello. No se sabe muy bien por qué o cómo. Sabíamos que algunas de las neuronas que liberan serotonina tienen receptores cannabinoides, así como también algunas de sus vecinas, neuronas inhibidoras. Vamos, que, indirectamente, los cannabinoides pueden influir a más o a menos en la regulación de la serotonina. Ahora, por primera vez, y aquí cerquita (UPV/EHU, vaya), se ha observado a nivel molecular que el consumo crónico de cannabis, al menos en ratones, produce alteraciones en el receptor de serotonina 5-HT2A, que se cree ligado a la esquizofrenia.


El titular está terriblemente exagerado, claro. No se sabe nada parecido. Seguramente haya más neurotransmisores implicados en la esquizofrenia, e incluso podría ser todo lo del 5-HT2A una pista falsa y que en realidad no tenga la menor relación con la esquizofrenia. Pero vamos, lo probable es que sí haya sido un primer paso interesante. De hecho, incluso aunque no tuviera nada que ver con la esquizofrenia, podría ayudar a entender mejor los efectos de los cannabinoides y abrir nuevas vías de investigación, así que interesante.

En cuanto a la psicosis inducida por cannabis, suena fuerte pero viene a ser básicamente "un mal viaje". La sufrirán un 1-2 % de personas consumidoras de cannabis y puede ser un episodio grave, pero siempre de corta duración y que cesa cuando se interrumpe el consumo. Lo mejor para tratar este episodio es un ambiente tranquilo y tranquilizar a la persona que lo sufre. Si pedís una ambulancia, básicamente harán lo mismo excepto en casos muy graves, que podrían suministrar calmantes (benzodiazepinas, normalmente).

Entonces, básicamente esto es lo que hay que tener en cuenta a la hora de determinar la peligrosidad del cannabis, además, por supuesto, de que el acto de fumar, sea lo que sea, es de por sí cancerígeno. Actualmente, la percepción social del cannabis se va volviendo más positiva a medida que la del tabaco baja, así que en unos años es probable que fumar porros se vea con mejores ojos que fumar tabaco, como ya sucede en algunos ambientes. Posiblemente se legalice pronto. La ilegalidad del cannabis históricamente suele responder a intereses de la industria del cáñamo. Se considera cáñamo legal, del que se usa para hacer cuerdas y tejidos, a toda planta de cáñamo con menor concentración de THC de un 0,2%.La ilegalidad actual, iniciada a principios del siglo XX, responde a intereses en la industria textil del millonario William Randolph Hearst, conocido por inspirarse en él la película Ciudadano Kane, considerada de las mejores de la Historia (también hacía buenas migas con Hitler y se inventaba noticias contra la URSS, pero eso se cuenta menos). Hearst aprovechaba ser dueño de varios periódicos para publicar noticias afirmando que la marihuana producía agresividad y superfuerza en los negros. Tan bestia como suena, sí. Otro ejemplo de metáforas de marihuana produciendo superfuerza son las espinacas de Popeye. Aquí, para cerrar el post, podéis ver el texto de un jurista inglés que muestra la empanada mental de esta corriente de pensamiento. Éstos eran peores que la Guardia Civil. El delito más cruel y despiadado de la Historia:

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