miércoles, 2 de enero de 2019

Reflexiones chorras: El poder


Texto de hace unos pocos años que tenía  por ahí sin publicar. Bueno, repasándolo veo que es de cuando Abraham Mateo tenía éxito, así que imaginaos.

Quería reflexionar un poco en torno al concepto de poder, y para ello nada mejor que una introducción de psicología y filosofía, entendiendo un poco qué es.

El poder es la capacidad de conseguir que la gente ejerza tu voluntad, por decirlo rápidamente. Conseguir que la gente haga lo que quieres, vaya. A partir de aquí, según Max Weber y DM Wrong, encontramos cuatro grandes formas de poder: fuerza, manipulación, persuasión y autoridad, que a su vez se divide en autoridad coercitiva, autoridad inducida, autoridad legítima y autoridad personal. A menudo estas formas de ejercer el poder pueden combinarse entre ellas, claro está.

La fuerza es un método muy evidente. La manipulación y la persuasión son parecidas, teniendo solo una diferencia: si dejas claro tu objetivo, es persuasión. Si lo ocultas, es manipulación. 

Por otra parte, la autoridad coercitiva es la que se realiza bajo la amenaza de usar la fuerza. La autoridad inducida es aquella que ha obtenido el poder por algún otro método. La autoridad legítima es la que de alguna forma tiene “derecho” a tener el poder; por ejemplo, cuando en un edificio en llamas un bombero te ordena seguir unas instrucciones. Finalmente, la autoridad personal es aquella que respetas por motivos personales, como millones de fans que harían todo lo que les dijera Abraham Mateo, mismamente.

La cuestión es que el poder se difumina más de lo que parece, y día a día ejercen poder sobre nosotrxs desde todas partes. La fuerza es fácil de reconocer, pero la autoridad no tanto; y la manipulación y la persuasión lo son mucho menos.

La idea a la que quiero llegar es a que nosotrxs también tenemos poder. En cierta medida, todo el mundo lo tiene, aunque sea ínfimo. Es más, si tenemos sólo una pequeña cantidad de poder, al menos deberíamos intentar ejercerlo.

El poder se puede usar para bien o para mal, si queremos ponernos en un planteamiento algo maniqueo, para no entrar en más complicaciones. El poder será bueno o malo dependiendo de si se usa para bien o para mal, no dependiendo de la forma de poder que ejerzamos.

Suena un poco maquiavélico, pero no lo es tanto. No estoy diciendo que cualquier medio sea legítimo si se usa para bien, independientemente de si provoca también cierto mal; lo que quiero decir es que cualquier forma de poder es legítima si se usa para bien, intentando evitar provocar mal.

Quiero decir que la manipulación y la persuasión también deberían ser armas válidas para nosotrxs. Que aprovechemos todo lo que podamos si es para hacer el bien. Ya se encargarán de condenarnos los de siempre.

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