miércoles, 18 de diciembre de 2019

Drogas: Datos importantes que la gente no suele saber. 15: Estimulantes naturales


Hoy vuelve a tocar hacer un post hablando de drogas: esta vez, de los estimulantes que se encuentran en la naturaleza: café, té, khat, mate... ¿Qué efectos tienen? ¿Son tan inofensivos como parecen algunos (el café, p.e.)? ¿Cuál es su historia?

Esta entrada va a agrupar unos cuantos principios activos, como cafeína, efedrina o catinona, y otras cuantas sustancias. Algunas sustancias tienen varios activos, otros activos están en varias sustancias, así que el orden puede ser confuso, pero intentaré hacerlo fácil.

Para facilitar aún más, vamos a quitarnos de en medio las hojas de coca, que, al tener cocaína, han sido usadas durante siglos como estimulante natural. Y es que no hace falta repetir, porque a la cocaína ya dediqué un post entero: http://kallixti.blogspot.com/2018/10/drogas-datos-importantes-que-la-gente.html

También dediqué otra entrada al tabaco, que viene a ser principalmente un estimulante. Así que para datos poco conocidos sobre el tabaco podéis seguir este link: http://kallixti.blogspot.com/2019/07/drogas-datos-importantes-que-la-gente.html

En China, por otra parte, se usa desde hace 5000 años el arbusto de la efedra como tónico energético. La efedra contiene efedrina, que es un precursor y similar en efectos a las anfetaminas... a las que dediqué otro post más. http://kallixti.blogspot.com/2018/11/drogas-datos-importantes-que-la-gente_28.html

Bien, ahora que, explicadas estas tres, tenemos algo más manejable, en este hilo lo que más se tratará serán las metilxantinas: una familia de estimulantes que incluye la cafeína, la teofilina y la teobromina. Veámoslas en ese orden.

Y empecemos por entender el principio activo más conocido en occidente: la cafeína; activo principal del café, el guaraná o la yerba mate, también presente en el té, el cacao... y en muchos productos que ya no son naturales. La cafeína es un estimulante que apenas produce euforia; más bien produce simple resistencia al cansancio y al sueño. También cierta rigidez muscular y podría provocar algunas perturbaciones en la visión, en dosis altas. Por lo demás, la cafeína, como estimulante, tiene efectos muy similares a las anfetaminas o la cocaína. Remarco lo importante de la forma de consumo: la simple moda de que la cafeína se consuma en dosis pequeñísimas hace que casi nadie la considere peligrosa.




La cafeína es uno de los ejemplos más claros de droga legal aceptada socialmente; muchísimo más que el alcohol y el tabaco, que son las que se suele mencionar. En relación a su peso, es entre 5 y 10 veces menos potente que la cocaína. A ojo, podríamos estimar que una raya de cocaína equivale a algo menos de un gramo de cafeína; o sea, una raya de cocaína viene a ser similar a unas cuatro tazas de café solo, o a ocho tazas de café con leche.

La cafeína tiene todas las características de las drogas estimulantes: produce cierto daño en el corazón y el hígado (no tanto en el estómago, como sí hace el café pero por otros componentes), hay riesgo de sobredosis y de tolerancia. El síndrome de abstinencia de la cafeína se caracteriza por fatiga, dolores musculares y de cabeza (dependiendo de la gravedad, el de cabeza puede ser fortísimo), irritabilidad, alteraciones importantes en el sueño, etc.

Con esto no pretendo meter miedo sobre la cafeína, ya que, insisto, lo normal es consumirla en dosis muy pequeñas como para provocar problemas (aunque también se usa a menudo como corte para speed y cocaína, por sus efectos muy parecidos)... Lo que pretendo es destacar cómo la mayor parte de problemas de salud de una droga viene de su estátus social, no de la sustancia en sí. La cafeína en dosis pequeñas está socialmente aceptada como lo estaba la heroína en su momento y, también como la heroína en su momento, es frecuente darle cafeína a niñxs en forma de refrescos, y nadie pone el grito en el cielo. La cafeína, además, es una de las drogas más consumidas del mundo. Su producción es difícil de calcular, pero podríamos estimar que, de media, cada habitante del planeta consume 100 dosis de cafeína al año, lo que es una cifra bastante alta.

Actualmente, no creo que nadie tenga interés en ilegalizar la cafeína, y menos, la gente poderosa. Más que nada, porque sirve para que lxs trabajadorxs produzcan más, y en prácticamente todas las oficinas hay máquinas de café. En el pasado sí estuvo prohibida. A modo de experimento imaginario, podemos especular con lo dura que sería la caída de la producción si de un día para otro toda persona trabajadora del planeta se encontrara sin cafeína. ¿Os imagináis?

Pero, como decía, en el pasado sí ha sido ilegal el café: en parte de los mundos musulmán y católico lo fue durante la Edad Media, y en Rusia, hace no tanto (poco más de 100 años) el consumo de café estaba prohibido bajo pena de mutilación o muerte.

La historia del café está llena de curiosidades, mitos y leyendas, seguramente con base real. Se dice, por ejemplo, que los árabes monopolizaban el café hasta el siglo XVII, cuando un peregrino hindú se arriesgó a robarles unos pocos granos y llevárselos a escondidas. Una versión, probablemente verídica, de la llegada del café a América narra la epopeya del capitán Mathieu de Clieu viajando a Martinica. Sólo llevaba dos plantas de café y la misión era tan importante que usó sus propias raciones de agua para regarlas.

Ya como última curiosidad histórica sobre el café, sí se sabe con seguridad que la primera plantación de café en Brasil fue en 1727 con semillas de la Guayana francesa. Lo que ya entra en el terreno de la leyenda es cómo llegaron a Brasil... Se dice que el sargento Palheta fracasó en las negociaciones con la Guayana francesa, pero consiguió seducir a la esposa del gobernador. En su despedida, ella le regaló un enorme ramo de flores que en su centro ocultaba una planta de café.
Sigamos con la cafeína, pero pasemos del café a la yerba mate. Si el café es una especie de infusión al filtrar agua por los granos molidos, el mate es otra variedad de infusión, muy popular en Sudamérica. La única peculiaridad del mate como infusión es la tradición muy arraigada de tomarlo en un recipiente sorbiendo con la llamada bombilla. Imagino que habréis visto o alguna, o muchísimas, dependiendo de dónde viváis.




Por otra parte, el guaraná más que una infusión se puede considerar una bebida hecha a partir del extracto de las semillas de la planta del guaraná. También se pueden consumir las semillas machacadas, directamente en forma de polvo.

Pasemos ahora a plantas que, además de la cafeína, tienen otro principio activo: y vamos con la planta del té, normalmente consumida en infusión. El té tiene dos principios activos estimulantes: la cafeína y la teofilina. No se debe confundir la teofilina con la teína, que no existe: durante un tiempo, se llamó teína al principal activo del té, hasta que se descubrió que era la misma sustancia que la cafeína. Como decía al principio del hilo, la teofilina es de la misma familia que la cafeína; y tiene efectos estimulantes muy parecidos, claro; pero también produce más estimulación intelectual y, curiosamente, relajación muscular.

No quiero profundizar más en esto porque lo mío son las drogas, ya sabéis, pero la teofilina también tiene efectos que no tienen nada que ver con colocarse o no; p.e, es broncodilatadora, así que se receta para el asma o la bronquitis.

Antonio Escohotado, que pilota de estas cosas, apunta que, al tener dos principios activos de la familia de las metilxantinas y no sólo uno, el té es de por sí más poderoso que el café...  Sin embargo, al prepararse el café filtrando agua por grano molido mientras que en el té sólo se echa una bolsita de hojas secas al agua, la cafeína del café se aprovecha más, así que una taza de café es más poderosa que una de té si se preparan de la forma habitual.

Para ir acabando con la cafeína, que es la que ocupa el 90% del hilo, veamos una sustancia que mezcla cafeína con teobromina, esa tercera metilxantina de la que todavía no habíamos hablado. Esta sustancia es el chocolate.

El cacao contiene cafeína y teobromina, siendo la base de la bebida que los aztecas conocían como xocolatl. Usado anteriormente por olmecas y mayas, el chocolate ocupaba un lugar importante en la cultura centroamericana precolombina. El chocolate era un alimento de los dioses, no podía ser tomado por cualquiera. Llevamos rato hablando de teobromina y teofilina, y fijaos que la raíz "teo" es la misma que la de teología por este motivo, porque hace referencia a dioses. En los últimos años del imperio azteca, Moctezuma recibía sus tributos en almendras de cacao; vamos, que el cacao se usaba como moneda, también para negociar con otras culturas, esto da una idea de la importancia del chocolate.




Hernán Cortés comentaba que una sola taza de chocolate podía mantener con fuerza a uno de sus soldados durante todo un día, por lo que podemos suponer que era un estimulante bastante potente, seguramente más que una raya de cocaína en la actualidad.

El chocolate se fue rebajando con el paso de los siglos, siendo normal mezclarlo con agua, leche, azúcar y un largo etcétera. Tal y como se consume actualmente, de hecho, apenas tiene cafeína (y mucha gente no sabe que la tiene, lo que es normal: ni se nota). Sí que se sigue manteniendo en prácticamente cualquier chocolate un nivel perceptible de teobromina, sustancia también estimulante, quizá algo más eufórica que la cafeína pero menos potente.

Pero es que el chocolate, además de tener cafeína y teobromina, de las que ya estábamos en el hilo, contiene otro principio activo más, lo bastante interesante como para darle algo de atención: la feniletilamina. ¿Recordáis las feniletilaminas? Hablé de ellas en el post del speed; el speed o la MDMA, por ejemplo, también son feniletilaminas, parientes bastante cercanas de la que contiene el chocolate, y con efectos en común. http://kallixti.blogspot.com/2018/11/drogas-datos-importantes-que-la-gente_28.html

Así, la feniletilamina del chocolate también suele ser vagamente perceptible y provoca más estimulación y sensación de placer (más placer aparte del que puede provocar psicológicamente que te guste el chocolate, vaya). Pero, en total, la suma de cafeína, teobromina y feniletilamina del chocolate actual sigue siendo muy baja. No puedes colocarte mucho consumiendo chocolate; para cuando se llene tu estómago, los activos seguirían estando a niveles bajos. Vamos, si la cafeína no es percibida como droga de abuso, el chocolate mucho menos, y esta vez por más razones: por mucho que consumas, no puedes pillar un buen ciego. Sí se podría con el chocolate más intenso que había hace 600 años.

Finalmente, la nuez de cola mezclaría las tres metilxantinas: cafeína, teofilina y teobromina, aunque en cantidades no muy altas. La nuez de cola en sí no se come mucho a lo largo del mundo, pero sí los refrescos de cola, que suelen conservar esa cafeína, sobre todo.

En bebidas energéticas, la cafeína se suele mezclar con taurina, aminoácido que, por lo que sabemos (aún están por estudiar algunas cosas), permite mayor absorción de cafeína y sacarle más rendimiento a ésta: vamos, que, cuando se mezclan, potencia la cafeína.

Acabada la cafeína, para cerrar el hilo sólo nos queda una planta lo bastante importante como para mencionarla, y es el khat. El khat (a veces escrito qat) es una planta muy consumida en África como estimulante. Sus principios activos son la catina y la catinona, también derivadas de las feniletilaminas. Destaca sobre todo la catinona, también bastante parecida a la anfetamina.

El khat se masca, a menudo con agua, porque produce cierta sequedad de boca. Como todo estimulante, también ayuda a calmar el hambre, lo que no viene nada mal en África, la verdad. En algunos países, como Somalia, hasta el 80% de hombres consume regularmente khat. Las mujeres ya menos, porque está mal visto socialmente o incluso prohibido. A tope ahí con el patriarcado.
El efecto de mascar un puñado de hojas de khat parece ligeramente más fuerte que una taza de café. Su abuso puede provocar daños a largo plazo, incluidos daños cognitivos, pero no parece muy distinto al resto de estimulantes, vamos. Aunque es legal en buena parte del mundo, últimamente se ha ilegalizado en muchos países occidentales. Ya se puede ver a la prensa más sensacionalista escribiendo sobre el tema.

Aquí en El Español la presentan como si fuera crack o así. Que si es "muy adictiva", que si "daños irreversibles"... a ver, no produce más adicción ni daño que tomar un par de cervezas o café, hijos míos.




De hecho sólo el titular ya... ¿Os lo imagináis al revés? "Llega a Somalia el café, la droga que tiene enganchada a 360 millones de europeos". Yo recomiendo tener en cuenta que cualquier droga puede ser peligrosa, pero el alarmismo exagerado también, eh.

La BBC en el titular llama "alucinógeno" al khat, lo que nuevamente equivale a llamar alucinógeno al café. Yo qué sé ya. Mejor dejo de comentar titulares antes de que me explote una vena.




Y con esto se acaba el post, espero que haya sido útil. Aprovecho para recordar que ya llevo un buen puñado de entradas explicando cosas poco conocidas de las drogas, recopiladas aquí: http://kallixti.blogspot.com/2018/08/drogas-datos-importantes-que-la-gente.html

2 comentarios:

  1. El Khat se consume mucho en la costa este africana, en Madagascar, sobre todo en el norte, está omnipresente. Yo lo he probado allí, y salvo el hecho de que ese día me lo pasé bebiendo agua, no noté apenas nada. También hay que decir que no masqué gran cosa, aquello no tenía un sabor demasiado agradable, la verdad.

    Un abrazo

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