miércoles, 26 de febrero de 2020

El cine y la policía, un ensayo sobre percepción y opinión

Publicado previamente en Nueva Revolución y en El tobillo de MeliSSa.


Durante algo más del último siglo, la sociedad ha ido cambiando y evolucionando a pasos agigantados. Se puede hablar mucho de estos cambios, y en esta ocasión yo he decidido centrarme en dos de ellos.

Por un lado está el cine; o, siendo precisos para lo que me interesa en este caso, el arte de narrar historias de ficción en una producción audiovisual, sea para una sala de cine propiamente dicha o para su emisión en televisión.

Por otro lado, está la policía: un cuerpo con la función de mantener la ley y el orden, que va avanzando a lo largo del segundo milenio, reemplazando algunas de las funciones del ejército y añadiendo otras nuevas, hasta el punto de que en el siglo XXI tiene unas características y unas funciones inimaginables unos siglos atrás.

Creo que se puede establecer una relación interesante entre ambos: si bien al principio no es muy fuerte, poco a poco el género policíaco va convirtiéndose con derecho propio en toda una variedad dentro del cine. Conforme la policía adquiere más presencia, poder y funciones en la sociedad, esto se va reflejando cada vez más en el cine. Las producciones audiovisuales actúan por un lado como reflejo de la importancia que va adquiriendo la policía dentro de la sociedad; por otro lado, se adelantan, ofreciendo con un propósito propagandístico historias en las que se nos venden las nuevas funciones que van a adquirir los cuerpos policiales para que nos acostumbramos a ellas y las aplaudamos.

Acabada la introducción, empieza el análisis. Veamos cómo va evolucionando esta relación.
La primera película policíaca podría considerarse Histoire d’un crime (1901). Aquí vemos cómo un hombre comete un asesinato, es arrestado por la policía y ejecutado. Es una estructura policíaca típica que, sin embargo, no será muy frecuente en los próximos años.

Será más frecuente que la policía no tenga mucha carga argumental y aparezca como simple resolución de la historia, para llevarse al criminal una vez ya se ha resuelto el nudo. Esto lo vemos en obras como Le chemineau (1905) o Suspense (1913).

domingo, 23 de febrero de 2020

Storytime

Hoy toca una canción de Nightwish que me gusta bastante por lo bien que trata el tema de escribir, las historias, la fantasía y tal (sobre todo la más infantil, que es de la que más queda grabada).


It was the night before
When all through the world
No words, no dreams
Then one day
A writer by a fire
Imagined all of Gaia
Took a journey into a child-man's heart...

A painter on the shore
Imagined all the world
Within a snowflake on his palm
Unframed by poetry
A canvas of awe
Planet Earth falling back into the stars

I am the voice of Never, Never Land
The innocence, the dreams of every man
I am the empty crib of Peter Pan
A silent kite against the blue, blue sky
Every chimney, every moonlit sight
I am the story that will read you real
Every memory that you hold dear

miércoles, 19 de febrero de 2020

Micropoema en prosa


Más duro, más maduro, vuelvo a levantarme. Aceptando todas las contradicciones, aún luchando, todavía no estoy muerto. La vida son muchos géneros, y es la hora de la parodia, del carnaval, de la sátira; con la desobediencia por bandera y la incoherencia caminando junto a mí.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Intrusismo de TV


Existe más de un caso de shows televisivos en los que alguien pretende –al menos, de cara a las cámaras- hacer el trabajo que corresponde a psicólogxs o educadorxs. Por tanto, quizá sea injusto centrar todo este artículo en un solo caso, pero creo que es el que mejor ejemplifica esto, las consecuencias que puede tener y hasta dónde se puede estirar el show.

Hablo de Pedro García Aguado, claro, que saltó a la fama con el programa Hermano Mayor. Por cierto, que el título de ese programa da para toda una disertación sobre por qué se ha traducido tan mal la obra de George Orwell hasta fijarse en el inconsciente colectivo la errónea traducción de Big Brother por Gran Hermano (expresión que no tiene sentido alguno) en lugar de Hermano Mayor, lo que a su vez ha llevado a que un programa de TV se llame Gran Hermano cuando tendría que haberse llamado Hermano Mayor y no dejaría en ese caso hueco para un show de temática distinta como efectivamente es Hermano Mayor, pero ése no es el tema de este artículo.

domingo, 9 de febrero de 2020

Ideología de Robert Anton Wilson

Este texto de Robert Anton Wilson, extracto de E-mail al universo, habla sobre su ideología. No estoy de acuerdo con él, la verdad, no comparto esa ideología suya, y aún así creo que es bastante interesante.


Nuestro estimado editor, Bob Banner, me ha invitado a contribuir con un artículo sobre si mi ideología política es de "izquierda" o de "derecha", porque evidentemente algunos habitantes de Planilandia insisten en clasificarme como de izquierda y otros, igualmente euclidianos, argumentan que obviamente soy una especie de derechista.

Naturalmente, este debate me intriga. El Poeta rogaba que algún poder nos diera el don de vernos como nos ven los demás; pero todo escritor publicado tiene ese dudoso privilegio. Fui llamado "machista" (por Arlene Meyers) y "un feminista… un tonto mequetrefe pollerudo" (por L.A. Rollins), "uno de los grandes pensadores de la edad moderna" (por Barbara Marx Hubbard) y "estúpido" (por Andrea Chaflin Antonoff), "genio" (por SOUNDS, de Londres ) y "mentalmente perturbado" (por Charles Platt), "místico" y "charlatán" (por la organización escéptica Bay Area Skeptics) y "materialista" (por un caballero anónimo en Seattle, que también me lanzó un pastelazo), uno de mis libros, incluso, ha sido llamado "la más científica de todas las novelas de ciencia-ficción" (por John Gribbon, editor de New Scientist) y "despotricador" (Neal Wilgus). También a menudo soy llamado "satanista" en algunas de las cartas divertidas, iletradas y por lo general anónimas de los fundamentalistas protestantes.

miércoles, 5 de febrero de 2020

QEPD José Luis Cuerda



San Pedro se ajustó el tricornio y salió a recibir al nuevo invitado al Cielo. Por el puente que venía del mundo terrenal se acercaba un hombre vivaz, con andares campechanos, de cara redonda, espesa barba blanca y una mirada confusa tras el marco de sus gafas.
-¿Quién va?-preguntó San Pedro, sacando pecho.
-El alma de José Luis Cuerda, oiga-dijo el recién llegado, inclinando levemente la cabeza para saludar.
-¡Hombre, tanto gusto! Fíjese usted que conozco algunas de sus películas, y me resultan bastante simpáticas.
-Bueno, bueno-dijo el fallecido, haciendo un gesto con la mano como para quitarle importancia.
-La oda a la calabaza es mi escena favorita. Una maravilla del cine, ¿eh? Pero bueno, vayamos al grano, y si me lo perdona, es sólo una formalidad, tengo que preguntarle si ha sido usted buena persona en vida.
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