Tenía por ahí guardado uno de estos artículos que van rulando por internet, no sé quién será su autor. Éste trata sobre 7 razones por las que una epidemia zombi no triunfaría, está escrito con rigor científico y con sentido del humor, así que me parece lo bastante interesante como para compartirlo.
# 7 - TIENEN DEMASIADOS DEPREDADORES NATURALES
¿Sabes por qué nosotros, los humanos, estamos en todo lo alto de la cadena alimenticia? No es porque seamos complicados de matar (excepto si hablamos de, por ejemplo, Steven Seagal). No lo somos, de hecho, somos más bien sabrosas bolsitas de sangre, esperando a que un cuerno o una garra nos hagan saltar las tripas como una piñata de carne. Simplemente, por lo general, somos demasiado listos, y estamos demasiado bien armados, como para que un animal salvaje común nos de caza. Ahora, piensa en el pobre zombi. Le faltan todas y cada una de las características que han hecho que la humanidad se salve de ser devorada hasta extinguirse. Va andando por ahí en espacios abiertos, no puede usar armas, no puede pensar de forma estratégica. Ni siquiera tiene algún sentido de autoprotección que le haga correr y esconderse si se ve en peligro. Y está hecho enteramente de carne. Es una presa fácil para cualquier animal que lo quiera.
Pensarás “ya, pero no se da el caso de que mi ciudad esté llena de osos que vayan a venir a comerse a los zombis”. Vale, piensa de forma más simple y pequeña. Los insectos son una verdadera jodienda para los humanos vivos, y, en algunos casos, poder espantar a manotazos a las moscas y tener un sistema inmune funcionando es lo único que evita que cientos de larvas se nos coman los ojos y la lengua. Los zombis en cualquier lugar del mundo que tengan una gran cantidad de moscas van a verse envueltos por nubes de ellas, y pronto tendrán la mayoría de sus tejidos infectados, y pronto sus ojos quedarán inutilizados.
Subamos de categoría: en América hay lobos, osos y coyotes, y todos ellos pueden poner a un ser humano pensante y armado en su menú si se dan las condiciones adecuadas. Para la mayoría de los depredadores, las “condiciones adecuadas” con si la presa está débil, herida, incapacitada, o simplemente incapaz de defenderse. Vamos, como un cadáver andante. Joder, piensa en todos los perros callejeros ahí fuera que aprenderán rápidamente que los zombis son una comida fácil.
Y ahora piensa en África. Entre los leones, búfalos, cocodrilos, hipopótamos y elefantes, finalmente habrá una enfermedad en la que África tendría más posibilidades de librarse que casi cualquier otra parte del mundo.
# 6- SON VULNERABLES AL CALOR
La mayoría de los “expertos en zombis” aceptan que sus cuerpos van a seguir pudriéndose mientras van andando por ahí. Lo que la mayoría de películas no logran representar son los efectos tan gore, pero tan divertidos, que un sol caliente puede tener sobre un cadáver pudriéndose.
Gracias a la enorme población de bacterias que hay en nuestro intestino y que se usan para digerir y asimilar alimentos, llamada flora intestinal, nuestros cuerpos serán cosecha fácil para la putrefacción en el momento en el que nuestro corazón se pare. Los cuerpos muertos se hinchan debido a los gases que producen las bacterias mientras infectan los tejidos. Lo que significa que hasta el cadáver más delgaducho va a ponerse gordo e hinchado en apenas unos días.
A las pocas semanas de que siga este proceso, nuestros amigos los cadáveres andantes INFLADOS van a empezar a hacer algo que es a la misma vez lo más chocante y lo más alucinante que un zombi puede hacer: van a empezar a EXPLOTAR. Las condiciones de calor y humedad en las zonas tropicales y subtropicales del mundo, o incluso simplemente un verano en muchas zonas templadas, acelerarán este proceso, lo que implica que un Apocalipsis Zombi que ocurra en Junio se acabará en apenas unas semanas cuando esos monstruos caminantes comiencen a estallar como globos rancios de carne.
En el otro lado del espectro está el calor seco. Si estás en Phoenix, el Sáhara o cualquier zona con un calor seco, es muy posible que los zombis comiencen a momificarse bajo el calor seco y el sol. Aunque la deshidratación no es un problema para los zombis, sí estarían afectados por la desecación. Sin ningún medio lógico de reponer el agua de las células, un zombi que vaya andando por Texas sufrirá un gran daño en las células de su piel y músculos y demás tejidos simplemente al estar expuesto al solazo, y gracias al efecto que añade un poco de viento, los zombis en estas zonas irán volviéndose más lentos e inútiles hasta un punto en el que simplemente caigan al suelo.
Bueno, pues más les vale esperar que el apocalipsis empiece en invierno, ¿no?, pues…
# 5 – NO LES IRÁ BIEN CON EL FRÍO
Los zombis son carne muerta. Es la primera de sus características. Pero todo el mundo se centra en la parte de “muerta” como si fuera un puntazo. Se olvidan de la parte de “carne”. ¿Sabes qué más cosas son carne muerta? Filetes, hamburguesas, incluso seguramente esa pasta rojiza y grasienta que le ponen a las cosas de Taco Bell.
Cuando la carne está viva, tiene de por sí muchos mecanismos para que se mantenga así. Cuando está muerta, tienes que tirarla a las pocas semanas incluso aunque la hayas metido en una bolsa de plástico en una temperatura favorable. Seguro que piensas que el frío y la carne muerta hacen buenas migas, ya que la mejor manera de que un filete siga aprovechable es congelándolo para que siga fresco durante meses. Pero no lo olvides: el frío hace auténticas putadas a las cosas que antes estaban vivas. Si vives en el norte, el apocalipsis se irá al garete en el momento que intente meterse en esa zona. Un gran factor matazombis es que la mayoría del cuerpo humano es agua, y el agua se congela a bajas temperaturas. Cuando la temperatura caiga bajo cero, o simplemente algo cercano, si el viento ayuda, los zombis se irán volviendo más y más rígidos.
Con una exposición suficiente a este frío, un cuerpo muerto se va a quedar congelado y rígido, y no va a perseguir a ninguna presa por muy deliciosa que parezca. Y como asumimos que los zombis no van a ir por ahí envueltos en bolsas de plástico, los daños a los tejidos por congelación van a ser un problema.
Varias noches en este frío, con la descongelación parcial en días más cálidos y luego quedarse otra vez congelados, lo deja fácil para que las quemaduras por congelación se ceben con ellos, haciendo que las células se queden sin agua cuando se evapore. Esa carneo no se queda solo congelada, se queda destrozada.
# 4- LAS MORDEDURAS SON UNA MIERDA DE PROCEDIMIENTO PARA EXPANDIR UNA EPIDEMIA
¿Te acuerdas cuando aquel perro tuvo rabia, y fue mordiendo a otros perros hasta que todo perro en el continente la tenía exceptuando algunos supervivientes escondidos en un garaje? ¿No? Espera, ¿eso nunca ocurrió?
Casi todas las películas de zombis coinciden en una cosa: los zombis son como una enfermedad que se extiende y multiplica, como si los zombis tuvieran saliva cargada de virus zombi o vete a saber el qué. Pero eso implica que esa enfermedad tiene que seguir las mismas reglas de expansión que cualquier epidemia, y extenderla a mordiscos es una mierda de táctica.
Las enfermedades más duras tienen medios muy inteligentes de extenderse. La gripe mató a millones porque se extendía por el aire, y la peste negra se expandía rápido porque era portada por pulgas. Ni una de ellas requiere que la víctima esté al alcance de un mordisco para extender la infección. Vale, el SIDA si funciona así, pero eso es porque los infectados, desde fuera, suelen parecer sanos. Pueden hacerse pasar por personas no infectadas. Y nadie va a follarse a un zombi (aunque haya un montón de porno zombi en Internet).
Pero supongamos que hay un estallido, yo que sé, que un zombi logre morder a 30 personas en un concierto de los Insane Clown Posse o alguno parecido sin que nadie se dé cuenta de que eso no forma parte del show. Ni que la humanidad tuviera una confusión de pelotas sobre qué hacer cuando una pandemia se extiende. En América está el Centro para el Control de Enfermedades, que no suele ir haciendo el imbécil. No, en serio, lo pone en sus tarjetas de visita.
¿Te acuerdas de la gripe aviar? Se originó en China, y la CDC y la organización Mundial de la Salud se echaron encima de los viajes internacionales cuando se descubrió que la enfermedad había llegado a Norteamérica. Se pusieron condiciones durísimas para volar, se paralizaron las fronteras, y al final sólo murieron 43 personas en todo el continente.
Con una plaga zombi no habría problemas para ver cómo se extiende. “Es el notas ese que va mordiendo a la gente. Pégale un tiro en la cabeza”.
#3 – NO PUEDEN CURARSE DE LOS DAÑOS SUFRIDOS A DIARIO
Una cosa buena de tener un sistema nervioso completamente funcional es que hace un trabajo cojonudo a la hora de hacer saber al cuerpo cuándo ha sido dañado. Lo hace por medio del dolor. ¿Recuerdas todos esos cortecitos con hojas de papel, heridas en los dedos de los pies y todo eso que has tenido a lo largo de tu vida? Imagínate que simplemente se quedaran ahí infectándose y pudriéndose mientras te cortas más veces con hojas de papel y te sigues jodiendo los pies. Muchas heridas de tu cuerpo acabarían con una amputación. Una cosa que intuimos de los zombis de Romero y similares es que son una panda de palurdos, echando a andar bajo aspas de helicópteros y cualquier puerta sin pensar en el daño que vayan a sufrir.
Aunque ser insensible al dolor parece ser un superpoder de la ostia, si te toca tienes más posibilidades de acabar como el señor Burns que como Lobezno. La insensibilidad congénita al dolor es una enfermedad neurológica es una condición con la que nacen algunas personas, que hace que no sientan dolor. Pueden sentir cualquier otra cosa, pero implica que muchas veces sus cuerpos se dañan y ni se enteran. Aun pudiendo pedir ayuda, teniendo a familiares y amigos echándoles un ojo y el cuidado de la sociedad, muchísimas veces esto lleva a verdaderas putadas como sufrir enormes infecciones o incluso morderse y arrancarse trozos de lengua.
Todos los topetazos y golpes que los zombis sufrirán tropezándose con cualquier cosa, cayéndose desde puentes o caminando de noche hará que casi todos sus miembros acaben destrozados, sus dientes rotos y casi cualquier hueso de su cuerpo astillado o roto. En serio, si se da un apocalipsis zombi, quédate en casa y echa mano de todos los episodios de 24 una y otra vez, y luego sal de casa con un bate y haz limpieza.
#2- EL MUNDO ESTÁ LLENO DE BARRERAS NATURALES ANTI-ZOMBI
La falta de coordinación motriz de los zombis junto a su incapacidad para ver bien de noche (no he visto zombis con visión de infrarrojos pero, ¡joder, me pido la idea!), será la condenación para cualquier zombi andando por ahí a mucha distancia de algún parking. Ésta es una especie que no sabe de buscar puentes o carreteras. Simplemente van vagando por ahí sin rumbo. Las montañas, grandes ríos, precipicios y cañones se convertirán en escenarios de pilas y pilas de zombis reventados jodiendo el paisaje. Y aunque los zombis tuvieran el sentido común de no echar a andar por montañas o acantilados, ir andando de noche seguro que haría que más de uno se metiera por donde no debe y acabase verdaderamente muerto.
Pero hasta en ciudades planas y pavimentadas, donde parecería que alguna gente estaría bien jodida, el paisaje todavía actuaría a favor de los vivos. La historia ha demostrado que normalmente la gente no actúa como los retrasados de las pelis de terror, lo más posible es que se congregasen en las plantas altas de muchos edificios, donde la invasión puede contenerse simplemente asegurando bien las puertas. Incluso las calles mismas tendrían a los muertos acorralados en espacios lineares y con buena visibilidad, donde podrían ser diezmados por tiradores o hasta por la gente de las oficinas tirándoles toda clase de trastos desde arriba.
#1- LAS ARMAS Y LA GENTE QUE LAS USA
Si hay una cosa que se le da bien al Homo Sapiens, es matar a otros seres vivos. Somos tan puñeteramente buenos en eso que hemos extinguido completamente a otras especies sin apenas esforzarnos. Añádele el enorme número de paletos rednecks y cazadores que hay por ahí, y los zombis no tienen una sola oportunidad. Sólo en Estados Unidos hay 14 millones de personas con una licencia de caza y de armas. Eso ya es un ejército armado comparable a toda la población de toda la zona de Los Ángeles. Y eso sin contar con la gente que tiene armas de forma ilegal.
Recuerda, la gran razón por la cual la caza está hoy regulada es para limitar el número de presas que puedes matar, porque si se declarase día libre, toda puñetera criatura en los bosques sería reventada a balazos antes de caer el sol. Hasta los árboles sufrirían bastantes daños. Así que es lógico asumir que si las condiciones pasan de “tres ciervos” a “toda la gente podrida que intenta comernos”, no habría falta de voluntarios.
Además, si nos fijamos en los zombis como si fueran una especie, están diseñados para fracasar. Si quieren comer o reproducirse, tienen que ir yendo uno a uno a por su mayor depredador cada maldita vez. Eso es como enfrentarte a un león mientras intentas follar o comerte una pizza. De hecho es peor: casi todos los grandes depredadores van armados con dientes o garras, lo que significa que tienen que acercarse a distancia de recibir daño para conseguir matar. Los humanos tienen rifles.
Los zombis no tienen más opción que echar a andar directamente hacia una tormenta de balas. Y como ya he dicho, sin contar todas las armas que la gente tiene en casa en todo el mundo, aparte de armas como cócteles Molotov, bates de béisbol, palancas al estilo Gordon Freeman y coches, instrumentos que la gente común no dudará en usar para defenderse y diezmarlos.
Y eso sólo con la población civil. Si tenemos en cuenta a los ejércitos del mundo, tenemos varios millones más de gente armada, solo que estos van con escopetas, ametralladoras, rifles de asalto, rifles de francotirador y lanzagranadas, además de la preparación necesaria para usarlas correctamente. Pero para qué molestarse, si pueden echarse encima de ellos con tanques, destrozarlos con minas, bombas de racimo o hasta las ametralladoras de la puta Fuerza Aérea, de la cual casi cualquier producción de zombis parece olvidarse.
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