El lenguaje es un virus.
Nuestra droga nacional es el alcohol. Tendemos a considerar el uso de cualquier otra droga con especial horror.
La droga es el producto ideal...La mercancía definitiva. No hace falta literatura para vender. El cliente se arrastrará por una alcantarilla para suplicar que le vendan...El comerciante de droga no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto. No mejora ni simplifica su mercancía. Degrada y simplifica al cliente.
Nos proponemos atacar a la maquinaria policial por todas partes.Nos proponemos destruir todos los sistemas verbales dogmáticos. La unidad familiar y su expresión cancerosa en tribus, países, naciones, lo erradicaremos todo desde sus raíces vegetales. No queremos oír hablar ya más de familia, de madres, de padres, de policías, de curas, de países ni de partidos. Para decirlo con toda sencillez, ya nos hemos hartado de oír gilipolleces
Aquellos individuos que no pueden o no quieren ocuparse de sus propios asuntos se agarran al concepto del delito sin víctima, equiparando el uso de las drogas y el comportamiento sexual privado con el robo y el asesinato. Si se reconoce el derecho a ocuparse de los asuntos propios, la postura del mierda es insostenible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario