Vale, por aclamación popular (esta vez muy popular,
casi el 50% de 225 votos), va un post para explicar cosas de las SETAS
ALUCINÓGENAS.
Como el nombre lo dice todo, centrémonos primero en
distinguir las setas. Ésta es una guía básica, aunque tiene excepciones así que
no os expongáis a comer setas venenosas basándoos en esto, mejor.
Pero bueno, a rasgos generales ése es el aspecto que
tienen y las tres categorías a distinguir: comestibles, venenosas y
alucinógenas. En este hilo, se tratará más que nada ese tercer tipo de setas.
El "más que nada" se debe a que algunas setas venenosas también son
alucinógenas, y creo que habrá que hacer un hueco en este hilo para hablar de
la amanita. Pero bueno, esas setas alargadas y alucinógenas tienen unos cuantos
elementos en común.
Vamos a centrarnos en hongos psilocibios, llamados
así porque tienen psilocibina y psilocina, los dos compuestos alucinógenos que
les dan sus propiedades. Las setas casi siempre tienen ese característico
aspecto alargado. Podríamos llamarlas monguis. Suelen crecer sobre todo en
otoño, en climas cálidos y húmedos, la mayoría de las veces a más de 500 m
sobre el nivel del mar y donde haya abono. No son lo más fácil de encontrar de
forma espontánea, pero cultivarlos sí es fácil.
Los hongos psilocibios engloban unos cuantos
géneros, pero el principal es el Psilocybe (como veis, no hay que sudar mucho
para aprenderse los nombres). Se han consumido desde tiempos inmemoriables, así
que repasemos lo más interesante de su historia.
Lo primero que tenemos que entender es que es
probable que estas sustancias ocupen un lugar destacado en el nacimiento de la
cultura. Consideremos la existencia de tribus prehistóricas organizadas en
torno al chamán, que es el que se mete las setas. El chamán es apto para viajar
(ya en la Antigüedad remota sabían que hace falta cierto autocontrol para que
no tener malos viajes), vuelve y comunica a la tribu lo que interpretan como
mensajes de los dioses. A saber cuántas culturas nacieron de las setas. Algunas
pinturas judeocristianas muestran incluso el Árbol del Conocimiento del que
comieron Adán y Eva como una seta alucinógena. De esto hablé con algo más de
detalle en Facebook.
También sospechamos bastante que en el rito griego
de los Misterios de Eleusis, en los que ingerían algo que llamaban kykeón,
había setas alucinógenas. O eso, o cornezuelo del centeno, del que ya hablamos
aquí: http://kallixti.blogspot.com/2019/01/drogas-datos-importantes-que-la-gente.html
Los Misterios de Eleusis supusieron una experiencia
reseñable para muchos sabios de la época: Platón, Aristóteles, Plutarco, Sófocles,
Esquilo, Cicerón, Marco Aurelio, Adriano... Algunos de éstos la describían como
si les hubiera cambiado la vida. Es algo que siempre me ha hecho gracia porque
es una broma típica, por ejemplo, entre estudiantes de bachillerato a lxs que
les toca aprenderse el temario de Filosofía. Ya ni te digo si hay que preparar
la selectividad. "Esta gente tenía que meterse buenas drogas para que se
les ocurrieran estas movidas", se oirá de vez en cuando en este contexto.
Pero en plan de broma. Como si la mayoría de filósofos no se hubiera puesto
hasta el culo de drogas pero de verdad, no de broma.
Bueno, en todo caso, en cuanto a la Antigüedad
también hay que hacer referencia a los pueblos vikingos y su consumo de estas
setas en diversos ritos. También, por extensión, hay que hacer referencia a los
berserker. Los berserker eran guerreros vikingos que, aparentemente, consumían
alucinógenos para entrar en un trance que les hacía insensibles al dolor y
mataban a todo lo que pillaban por el camino. Toca mencionarlo ya que estamos
con los vikingos y las setas, aunque la psilocibina y la psilocina rara vez
producen una agresividad así, por lo que parece más probable que los berserker
consumieran amanita (de la que hablaremos luego), el ya mencionado cornezuelo,
o tal vez beleño o belladonna... e incluso hay autores que mantienen que los
berserker no se drogaban en absoluto y simplemente tenían ese comportamiento
estando sobrios. Por cierto, ya que menciono beleño y belladonna, hablo de
ellos en este otro post.
Dado que durante la Edad Media y demás se consumen
más otro tipo de alucinógenos como los ahora mencionados, creo que podemos
concluir la parte histórica con el descubrimiento de la psilocibina.
Nos situamos en el siglo XX, a principios de los
años 60. El etnobotánico Robert Gordon Wasson, en un viaje a Oaxaca, acaba de
descubrir cultos nativos que adoraban a las plantas alucinógenas. Por otra
parte, estamos en años muy chungos de la Guerra Fría. La CIA se limpia el culo
con cualquier norma ética y está desarrollando el Proyecto Mk Ultra, que
consiste en descubrir nuevas tácticas de tortura, interrogatorio, sueros de la
verdad, etc. Todo esto suena a conspiración pero porque fue realmente una
conspiración. Quiero decir que no son conspiranoias, el Mk Ultra existió y la
mayoría de sus registros se destruyeron, pero la existencia de los que quedaron
está sobradamente demostrada.
Pues total, que la CIA quiere una droga que produzca
sugestibilidad y trastornos lo bastante fuertes como para que el interrogado no
sepa ni dónde está y pueda revelar información comprometida. Una droga
desconocida hasta el momento. ¿Cuál podría ser esa droga? La CIA propone que
sea el componente activo de las setas alucinógenas, que aún no ha sido
descubierto. Si lo descubrieran y lo mantuvieran en secreto, tendrían una droga
secreta que nadie comprendería y eso sería muy, muy útil. Así que se le
encomienda al químico James Moore que acompañe a Gordon Wasson a su próximo
viaje a Oaxaca. Moore financió la expedición -no con su dinero, sino con el de
la CIA- y se unió a ella. Spoiler: se arrepentiría.
Parece ser que J. Moore llevaba una vida
razonablemente burguesa y estaba en mala forma física. No pensaba que
requeriría tanto esfuerzo llegar a Huatla de Jiménez, Oaxaca, y lo describió
como un infierno. Moore sufrió calor, deshidratación, diarrea, incontables
picaduras de mosquito, un viaje en burro por la sierra, le echaron de la
avioneta porque pesaba demasiado y al probar las setas tuvo un mal viaje. Dura
experiencia. Por fin regresó a casa, con 8 kg menos pero un paquete de setas
que estudiar. Y las estudió... pero, al mismo tiempo, de forma independiente,
Albert Hofmann descubría la psilocina y la psilocibina, mandando a la mierda
todo el esfuerzo de Moore.
Recordemos que la CIA quería una droga que sólo
ellos conocieran, en eso radicaba su uso como arma secreta. Y Hofmann hizo
públicos sus experimentos, así que todo el sufrimiento de J. Moore no sirvió
para nada en absoluto. Que se joda. Por ser mala gente. Por otro lado, a Albert
Hofmann se le recuerda principalmente por sintetizar la LSD, cosa que ya vimos
en el post correspondiente; tras eso, se especializó en alucinógenos, y esto
deja claro que siguió siendo de los mejores en ese campo: http://kallixti.blogspot.com/2019/01/drogas-datos-importantes-que-la-gente.html
Bueno, contada la historia, pasemos a los efectos. Hay
setas más especializadas en provocar risa, y tal, pero vamos, que son
alucinógenas. Son unos alucinógenos de potencia media que no pueden llegar a
los extremos de la LSD o la DMT. Se acercan bastante, sin duda, pero parece ser
que esas experiencias de muerte del ego, fusión con el Universo y momentos de
eternidad no se llegan a dar casi nunca con monguis. Alucinaciones menos
intensas sí, de todo tipo.
Las setas pueden llegar a tener un 90 % de agua.
Esto puede ser peligroso a la hora de calcular la dosis. Tened en cuenta que
una seta con la misma cantidad de psilocibina y psilocina puede pesar 10 veces
menos estando seca que húmeda (bueno, en realidad la psilocina se degrada
bastante al secarla, lo importante es la psilocibina). Si calculas por error una
dosis 10 veces mayor lo debido, pues puedes liarla mucho, sí. Los malos viajes
y las sobredosis pueden ser extremadamente desagradables y dejar secuelas,
aunque rarísima vez son letales (se estiman 3 muertos en toda la historia de
EEUU. Curiosamente, uno de esos tres muertos por sobredosis de psilocibina fue
John Griggs, fundador de la Hermandad del Amor Eterno de la que hablamos,
nuevamente, en el post de LSD).
Continuando con las dosis, también hay que
considerar que distintas setas pueden tener distintos niveles de psilocibina y
psilocina, pero eso es difícil de calcular si no tenéis un laboratorio (aunque
sea casero) a mano. Así que manteniéndonos en rangos seguros y así a ojo, una
dosis baja serían unos 0,5 gr de setas secas, y una dosis alta 3 gr de setas
secas (o sea, 5 gr y 30 gr de setas frescas respectivamente). Si existe cierta
tolerancia y se busca una experiencia fuerte, yo recomendaría como máximo 5 gr
de setas secas o 50 gr de setas frescas, pero no exceder esa dosis. Ni
acercarse a ella si no estáis muy, muy segurxs de lo que hacéis, claro.
Las monguis a menudo provocan náuseas y diarrea,
incluso en dosis moderadas. Es mejor comerlas con el estómago vacío, y así
además de reducir el riesgo de vómitos también harán más efecto, claro. Como
comenté con la LSD y como bien le interesaba a la CIA, los alucinógenos te
vuelven muy sugestionable, así que una persona sobria podría tranquilizar a una
que esté teniendo un mal viaje de forma más fácil de lo que se suele pensar. En
cuanto a las secuelas psiquiátricas, malos viajes y sobredosis podrían provocar
síntomas similares a la esquizofrenia -aunque normalmente remitirían pronto- o
intentos de autoagresión, etc. Lo normal en alucinógenos, vamos, pero de forma
poco frecuente.
Y, como otros alucinógenos, en esto son muy
parecidos todos, no hay adicción física o síndrome de abstinencia apreciable.
Sí se produce cierta tolerancia, y también tolerancia cruzada de cara a otros
alucinógenos como mescalina o LSD.
Las setas se degradan con el tiempo y pierden sus
principios activos. Lo ideal para retrasar esta degradación sería conservarlas
envasadas al vacío, a la sombra, con una temperatura normal.
Acabados los hongos psilocibios, pasemos a hablar de
nuestra amiga la Amanita muscaria. Ésta ya sí se puede considerar una seta tan
venenosa como alucinógena, es muchísimo más peligrosa que las monguis y no
merece la pena tomarla.
La amanita es una con pie blanco y sombrero rojo con
motas blancas. Efectivamente, es la representación más típica de las setas con
la que hemos crecido a lo largo de nuestra vida, porque abundaban mucho en los
cuentos infantiles, sobre todo. Como ya he explicado con menos detalle alguna
vez (en la captura de FB de antes, mismamente), la amanita abunda en los
cuentos porque se creía que duendes y hadas vivían ahí; y se creía eso porque
la gente sólo veía duendes y hadas cuando se comía una amanita, claro.
Si no conoces el concepto de droga alucinógena y ves
que aparecen duendes y hadas cuando te comes algunas setas y no cuando te comes
otras, pues sí, es razonablemente lógico que pienses que los duendes y las
hadas viven sólo en ese tipo de setas.
Vamos más lejos en la mitología y en las confusiones
que se pueden dar por no conocer el concepto de drogas alucinógenas. Y aquí nos
tenemos que meter de lleno en la historia de la brujería, más asociada
históricamente a mujeres que a hombres. Se dice que las brujas fabricaban
pócimas de amor, pócimas de sueño, etc, y todo esto encaja bastante bien con el
concepto de drogas. Vamos, podríamos considerar que las brujas elaboraban
drogas, y la cosa va un poco más lejos... Porque también tenemos que tener en
cuenta que muchos ingredientes que se sabe que usaban (belladonna, mandrágora,
beleño negro...) son, de hecho, alucinógenos. Pero bueno, a lo que íbamos: la
amanita.
La amanita tiene mucha utilidad para aquelarres, por
qué no. Te la tomas y te pegas un vuelo de la hostia en el que puedes acabar
creyendo que estás copulando con el Macho Cabrío o lo que sea. Pero recordemos,
es muy venenosa y es arriesgado. Las brujas desarrollaron un método para
consumir la parte alucinógena de la amanita y no la venenosa: consiste en
machacarla hasta hacer zumo de ella y, con un pincel, untarse este líquido en
los genitales para que la mucosa lo absorba. Si no supieras lo que es una droga
alucinógena, creyeras que tomarla para volar es algo literal y no metafórico, y
vieras de lejos a una bruja meterse un pincel muy grande -parecido a una escoba
muy pequeña- entre pierna y pierna para "volar"...
¿Puede que la leyenda de que las brujas vuelan en
escobas en realidad quiera decir que se untan alucinógenos en el coño con un
pincel, así sin eufemismos de por medio? Es una idea que hay que considerar,
eh, yo lo dejo caer. Al fin y al cabo, porque estamos acostumbrados a oírlo,
pero a ver cuál es si no el origen de una leyenda tan jodidamente retorcida.
Montarse en escobas para volar, hostia. Entiendo que un dragón tiene cierta lógica
interna como leyenda, pero, ¿por qué escobas que vuelan? ¿A quién se le ocurre
sentarse en una escoba, de hecho? Anda que no hay objetos más cómodos e
intuitivos. Vale, ya lo dejo, pero es que todo encaja demasiado bien ante la
ausencia absoluta de cualquier otra explicación para esa leyenda.
Creo que estas teorías de brujas y drogas se
complementan con la también frecuente tendencia de perseguirlas por el hecho de
ser mujeres independientes que no necesitaban de un hombre, seguramente hubiera
un poco de todo. En cualquier caso, si os interesa el tema de brujas, me parece
necesario recomendar el documental Häxan, obra maestra que, de haber incluido
también esto de las drogas y una perspectiva de análisis feminista, ya habría
sido de 10:
Pero acabado el tema de las brujas, acabamos también
el de la amanita y, por tanto, acabamos el de setas alucinógenas en general.
Espero que os haya parecido interesante y/o útil, cualquiera de las dos cosas
vale.
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