miércoles, 27 de marzo de 2019

Drogas. Datos importantes que la gente no suele saber. IX: Setas alucinógenas


Vale, por aclamación popular (esta vez muy popular, casi el 50% de 225 votos), va un post para explicar cosas de las SETAS ALUCINÓGENAS.


Como el nombre lo dice todo, centrémonos primero en distinguir las setas. Ésta es una guía básica, aunque tiene excepciones así que no os expongáis a comer setas venenosas basándoos en esto, mejor.


Pero bueno, a rasgos generales ése es el aspecto que tienen y las tres categorías a distinguir: comestibles, venenosas y alucinógenas. En este hilo, se tratará más que nada ese tercer tipo de setas. 

El "más que nada" se debe a que algunas setas venenosas también son alucinógenas, y creo que habrá que hacer un hueco en este hilo para hablar de la amanita. Pero bueno, esas setas alargadas y alucinógenas tienen unos cuantos elementos en común.

Vamos a centrarnos en hongos psilocibios, llamados así porque tienen psilocibina y psilocina, los dos compuestos alucinógenos que les dan sus propiedades. Las setas casi siempre tienen ese característico aspecto alargado. Podríamos llamarlas monguis. Suelen crecer sobre todo en otoño, en climas cálidos y húmedos, la mayoría de las veces a más de 500 m sobre el nivel del mar y donde haya abono. No son lo más fácil de encontrar de forma espontánea, pero cultivarlos sí es fácil.

Los hongos psilocibios engloban unos cuantos géneros, pero el principal es el Psilocybe (como veis, no hay que sudar mucho para aprenderse los nombres). Se han consumido desde tiempos inmemoriables, así que repasemos lo más interesante de su historia.

Lo primero que tenemos que entender es que es probable que estas sustancias ocupen un lugar destacado en el nacimiento de la cultura. Consideremos la existencia de tribus prehistóricas organizadas en torno al chamán, que es el que se mete las setas. El chamán es apto para viajar (ya en la Antigüedad remota sabían que hace falta cierto autocontrol para que no tener malos viajes), vuelve y comunica a la tribu lo que interpretan como mensajes de los dioses. A saber cuántas culturas nacieron de las setas. Algunas pinturas judeocristianas muestran incluso el Árbol del Conocimiento del que comieron Adán y Eva como una seta alucinógena. De esto hablé con algo más de detalle en Facebook.


También sospechamos bastante que en el rito griego de los Misterios de Eleusis, en los que ingerían algo que llamaban kykeón, había setas alucinógenas. O eso, o cornezuelo del centeno, del que ya hablamos aquí: http://kallixti.blogspot.com/2019/01/drogas-datos-importantes-que-la-gente.html

Los Misterios de Eleusis supusieron una experiencia reseñable para muchos sabios de la época: Platón, Aristóteles, Plutarco, Sófocles, Esquilo, Cicerón, Marco Aurelio, Adriano... Algunos de éstos la describían como si les hubiera cambiado la vida. Es algo que siempre me ha hecho gracia porque es una broma típica, por ejemplo, entre estudiantes de bachillerato a lxs que les toca aprenderse el temario de Filosofía. Ya ni te digo si hay que preparar la selectividad. "Esta gente tenía que meterse buenas drogas para que se les ocurrieran estas movidas", se oirá de vez en cuando en este contexto. Pero en plan de broma. Como si la mayoría de filósofos no se hubiera puesto hasta el culo de drogas pero de verdad, no de broma.

Bueno, en todo caso, en cuanto a la Antigüedad también hay que hacer referencia a los pueblos vikingos y su consumo de estas setas en diversos ritos. También, por extensión, hay que hacer referencia a los berserker. Los berserker eran guerreros vikingos que, aparentemente, consumían alucinógenos para entrar en un trance que les hacía insensibles al dolor y mataban a todo lo que pillaban por el camino. Toca mencionarlo ya que estamos con los vikingos y las setas, aunque la psilocibina y la psilocina rara vez producen una agresividad así, por lo que parece más probable que los berserker consumieran amanita (de la que hablaremos luego), el ya mencionado cornezuelo, o tal vez beleño o belladonna... e incluso hay autores que mantienen que los berserker no se drogaban en absoluto y simplemente tenían ese comportamiento estando sobrios. Por cierto, ya que menciono beleño y belladonna, hablo de ellos en este otro post.

Dado que durante la Edad Media y demás se consumen más otro tipo de alucinógenos como los ahora mencionados, creo que podemos concluir la parte histórica con el descubrimiento de la psilocibina.

Nos situamos en el siglo XX, a principios de los años 60. El etnobotánico Robert Gordon Wasson, en un viaje a Oaxaca, acaba de descubrir cultos nativos que adoraban a las plantas alucinógenas. Por otra parte, estamos en años muy chungos de la Guerra Fría. La CIA se limpia el culo con cualquier norma ética y está desarrollando el Proyecto Mk Ultra, que consiste en descubrir nuevas tácticas de tortura, interrogatorio, sueros de la verdad, etc. Todo esto suena a conspiración pero porque fue realmente una conspiración. Quiero decir que no son conspiranoias, el Mk Ultra existió y la mayoría de sus registros se destruyeron, pero la existencia de los que quedaron está sobradamente demostrada.

Pues total, que la CIA quiere una droga que produzca sugestibilidad y trastornos lo bastante fuertes como para que el interrogado no sepa ni dónde está y pueda revelar información comprometida. Una droga desconocida hasta el momento. ¿Cuál podría ser esa droga? La CIA propone que sea el componente activo de las setas alucinógenas, que aún no ha sido descubierto. Si lo descubrieran y lo mantuvieran en secreto, tendrían una droga secreta que nadie comprendería y eso sería muy, muy útil. Así que se le encomienda al químico James Moore que acompañe a Gordon Wasson a su próximo viaje a Oaxaca. Moore financió la expedición -no con su dinero, sino con el de la CIA- y se unió a ella. Spoiler: se arrepentiría.


Parece ser que J. Moore llevaba una vida razonablemente burguesa y estaba en mala forma física. No pensaba que requeriría tanto esfuerzo llegar a Huatla de Jiménez, Oaxaca, y lo describió como un infierno. Moore sufrió calor, deshidratación, diarrea, incontables picaduras de mosquito, un viaje en burro por la sierra, le echaron de la avioneta porque pesaba demasiado y al probar las setas tuvo un mal viaje. Dura experiencia. Por fin regresó a casa, con 8 kg menos pero un paquete de setas que estudiar. Y las estudió... pero, al mismo tiempo, de forma independiente, Albert Hofmann descubría la psilocina y la psilocibina, mandando a la mierda todo el esfuerzo de Moore.

Recordemos que la CIA quería una droga que sólo ellos conocieran, en eso radicaba su uso como arma secreta. Y Hofmann hizo públicos sus experimentos, así que todo el sufrimiento de J. Moore no sirvió para nada en absoluto. Que se joda. Por ser mala gente. Por otro lado, a Albert Hofmann se le recuerda principalmente por sintetizar la LSD, cosa que ya vimos en el post correspondiente; tras eso, se especializó en alucinógenos, y esto deja claro que siguió siendo de los mejores en ese campo: http://kallixti.blogspot.com/2019/01/drogas-datos-importantes-que-la-gente.html

Bueno, contada la historia, pasemos a los efectos. Hay setas más especializadas en provocar risa, y tal, pero vamos, que son alucinógenas. Son unos alucinógenos de potencia media que no pueden llegar a los extremos de la LSD o la DMT. Se acercan bastante, sin duda, pero parece ser que esas experiencias de muerte del ego, fusión con el Universo y momentos de eternidad no se llegan a dar casi nunca con monguis. Alucinaciones menos intensas sí, de todo tipo.

Las setas pueden llegar a tener un 90 % de agua. Esto puede ser peligroso a la hora de calcular la dosis. Tened en cuenta que una seta con la misma cantidad de psilocibina y psilocina puede pesar 10 veces menos estando seca que húmeda (bueno, en realidad la psilocina se degrada bastante al secarla, lo importante es la psilocibina). Si calculas por error una dosis 10 veces mayor lo debido, pues puedes liarla mucho, sí. Los malos viajes y las sobredosis pueden ser extremadamente desagradables y dejar secuelas, aunque rarísima vez son letales (se estiman 3 muertos en toda la historia de EEUU. Curiosamente, uno de esos tres muertos por sobredosis de psilocibina fue John Griggs, fundador de la Hermandad del Amor Eterno de la que hablamos, nuevamente, en el post de LSD).


Continuando con las dosis, también hay que considerar que distintas setas pueden tener distintos niveles de psilocibina y psilocina, pero eso es difícil de calcular si no tenéis un laboratorio (aunque sea casero) a mano. Así que manteniéndonos en rangos seguros y así a ojo, una dosis baja serían unos 0,5 gr de setas secas, y una dosis alta 3 gr de setas secas (o sea, 5 gr y 30 gr de setas frescas respectivamente). Si existe cierta tolerancia y se busca una experiencia fuerte, yo recomendaría como máximo 5 gr de setas secas o 50 gr de setas frescas, pero no exceder esa dosis. Ni acercarse a ella si no estáis muy, muy segurxs de lo que hacéis, claro.

Las monguis a menudo provocan náuseas y diarrea, incluso en dosis moderadas. Es mejor comerlas con el estómago vacío, y así además de reducir el riesgo de vómitos también harán más efecto, claro. Como comenté con la LSD y como bien le interesaba a la CIA, los alucinógenos te vuelven muy sugestionable, así que una persona sobria podría tranquilizar a una que esté teniendo un mal viaje de forma más fácil de lo que se suele pensar. En cuanto a las secuelas psiquiátricas, malos viajes y sobredosis podrían provocar síntomas similares a la esquizofrenia -aunque normalmente remitirían pronto- o intentos de autoagresión, etc. Lo normal en alucinógenos, vamos, pero de forma poco frecuente.

Y, como otros alucinógenos, en esto son muy parecidos todos, no hay adicción física o síndrome de abstinencia apreciable. Sí se produce cierta tolerancia, y también tolerancia cruzada de cara a otros alucinógenos como mescalina o LSD.

Las setas se degradan con el tiempo y pierden sus principios activos. Lo ideal para retrasar esta degradación sería conservarlas envasadas al vacío, a la sombra, con una temperatura normal.
Acabados los hongos psilocibios, pasemos a hablar de nuestra amiga la Amanita muscaria. Ésta ya sí se puede considerar una seta tan venenosa como alucinógena, es muchísimo más peligrosa que las monguis y no merece la pena tomarla.

La amanita es una con pie blanco y sombrero rojo con motas blancas. Efectivamente, es la representación más típica de las setas con la que hemos crecido a lo largo de nuestra vida, porque abundaban mucho en los cuentos infantiles, sobre todo. Como ya he explicado con menos detalle alguna vez (en la captura de FB de antes, mismamente), la amanita abunda en los cuentos porque se creía que duendes y hadas vivían ahí; y se creía eso porque la gente sólo veía duendes y hadas cuando se comía una amanita, claro.


Si no conoces el concepto de droga alucinógena y ves que aparecen duendes y hadas cuando te comes algunas setas y no cuando te comes otras, pues sí, es razonablemente lógico que pienses que los duendes y las hadas viven sólo en ese tipo de setas.

Vamos más lejos en la mitología y en las confusiones que se pueden dar por no conocer el concepto de drogas alucinógenas. Y aquí nos tenemos que meter de lleno en la historia de la brujería, más asociada históricamente a mujeres que a hombres. Se dice que las brujas fabricaban pócimas de amor, pócimas de sueño, etc, y todo esto encaja bastante bien con el concepto de drogas. Vamos, podríamos considerar que las brujas elaboraban drogas, y la cosa va un poco más lejos... Porque también tenemos que tener en cuenta que muchos ingredientes que se sabe que usaban (belladonna, mandrágora, beleño negro...) son, de hecho, alucinógenos. Pero bueno, a lo que íbamos: la amanita.

La amanita tiene mucha utilidad para aquelarres, por qué no. Te la tomas y te pegas un vuelo de la hostia en el que puedes acabar creyendo que estás copulando con el Macho Cabrío o lo que sea. Pero recordemos, es muy venenosa y es arriesgado. Las brujas desarrollaron un método para consumir la parte alucinógena de la amanita y no la venenosa: consiste en machacarla hasta hacer zumo de ella y, con un pincel, untarse este líquido en los genitales para que la mucosa lo absorba. Si no supieras lo que es una droga alucinógena, creyeras que tomarla para volar es algo literal y no metafórico, y vieras de lejos a una bruja meterse un pincel muy grande -parecido a una escoba muy pequeña- entre pierna y pierna para "volar"...

¿Puede que la leyenda de que las brujas vuelan en escobas en realidad quiera decir que se untan alucinógenos en el coño con un pincel, así sin eufemismos de por medio? Es una idea que hay que considerar, eh, yo lo dejo caer. Al fin y al cabo, porque estamos acostumbrados a oírlo, pero a ver cuál es si no el origen de una leyenda tan jodidamente retorcida. Montarse en escobas para volar, hostia. Entiendo que un dragón tiene cierta lógica interna como leyenda, pero, ¿por qué escobas que vuelan? ¿A quién se le ocurre sentarse en una escoba, de hecho? Anda que no hay objetos más cómodos e intuitivos. Vale, ya lo dejo, pero es que todo encaja demasiado bien ante la ausencia absoluta de cualquier otra explicación para esa leyenda.


Creo que estas teorías de brujas y drogas se complementan con la también frecuente tendencia de perseguirlas por el hecho de ser mujeres independientes que no necesitaban de un hombre, seguramente hubiera un poco de todo. En cualquier caso, si os interesa el tema de brujas, me parece necesario recomendar el documental Häxan, obra maestra que, de haber incluido también esto de las drogas y una perspectiva de análisis feminista, ya habría sido de 10:

Pero acabado el tema de las brujas, acabamos también el de la amanita y, por tanto, acabamos el de setas alucinógenas en general. Espero que os haya parecido interesante y/o útil, cualquiera de las dos cosas vale.

1 comentario:

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